La interpelación contra Alberto Pimentel, ministro de Energía y Minas, va a paso lento. Los diputados interpelantes solo han formulado 10 de las 20 preguntas básicas en 171 días desde que inició el juicio político el pasado 31 de agosto.
Pimentel fue señalado por los antiguos dirigentes de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), ahora autodenominados Grupo Parlamentario de Oposición (GPO), por haber incurrido en, al menos, cuatro eventos de posible corrupción.
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Los señalamientos abarcan la aparente adjudicación de contratos millonarios y la supuesta evasión de resoluciones judiciales a favor de empresas extractivas, según las sospechas del diputado Jairo Flores, uno de los diputados interpelantes.
“Yo siempre he dicho si el ministro me hubiese llegado a las citaciones y dado respuestas no había problema. Yo puedo hacerle la interpelación al ministro en una citación, si pasa una mañana conmigo en una reunión pública, abierta y con la prensa, yo no tengo ningún problema, lo que si no se debe de permitir es que deje de rendir cuentas”, señaló Flores.
Poca asistencia
La interpelación al Ministro de Energía y Minas está por cumplir medio año sin que el tema parezca ser una prioridad para los diputados, tanto oficialistas como de la misma oposición.
Desde el pasado 14 de enero la continuación del juicio político ha sido programada para cinco sesiones plenarias siendo la primera de ellas el martes 18 de enero y la más reciente el jueves 10 de febrero.
Para la primera plenaria hubo 109 congresistas en la sesión, 36 se ausentaron y 15 presentaron licencias; para la última cita a este miércoles 16 de febrero el Congreso no había actualizado los eventos de votación de dicha plenaria, pero en la de fecha 3 de febrero hubo solo 55 legisladores presentes, 82 se ausentaron y el número de licencias llegó a 23.
Esas cifras han ido en aumento de forma paulatina y son preocupantes para María del Carmen Aceña, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).
“La interpelación es una figura muy compleja que yo raras veces he visto que el Congreso la ejerza con responsabilidad”, la experta visualiza un camino “tormentoso” porque no ve que la interpelación en curso este próxima a terminar.
“Yo siento que lo que quieren es llegar a un acuerdo, no sabemos en qué va a consistir. Muchas veces las interpelaciones son una forma como para ponerle una palanca al Ejecutivo. Yo creo que no hay consensos para finiquitar está interpelación”, manifestó Aceña.
Matan la interpelación
El diputado Flores como uno de los interpelantes explicó que su grupo ha estado presente para las sesiones, destacando que él y el congresista Edwin Lux como interpelantes jamás se han ausentado del Pleno.
Añadió que la alianza oficial además de romper el quórum para frenar la interpelación encontró otro camino, reduciendo el número de días para que el tema se incluya en el orden del día de las plenarias.
“Con poner una sola sesión de interpelación prácticamente están matando la interpelación (…) al reducir los días y no hacer quórum, porque el no hacer quórum no es de estas últimas dos sesiones es algo de meses para acá. Pareciera que (la interpelación) está perdiendo sentido, pero es porque la han matado”, refirió.
La misma impresión tiene el diputado Walter Félix, jefe de bloque de URNG – Maíz, “la bancada oficial ha planteado que les parece negativo que se tengan a los ministros fuera de su despacho y ‘perdiendo tiempo’, en realidad no es una pérdida de tiempo la interpelación, pero con la dinámica que ellos han impuesto si se está desnaturalizando la interpelación”.
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Ausencia preelectoral
Las bajas para las sesiones plenarias que tienen que ver con la interpelación obedecen a agendas preelectorales, según la lectura que tiene el diputado Carlos Roberto Calderón, jefe de la bancada oficial Vamos por una Guatemala Diferente (Vamos).
“En tiempos preelectorales es una práctica recurrente. En principio porque las giras a los distritos que representan se incrementan para tener una mayor cercanía con la problemática de las comunidades y, además, darle seguimiento a las acciones ya en ejecución y que fueron gestionadas en años anteriores”, señaló Calderón.
Al consultarle por la ausencia de diputados oficialistas para las sesiones de la interpelación, Calderón manifestó que su bloque es de la idea que el trabajo parlamentario muchas veces se hace en la calle y no sentados en un escritorio.
“Como bancada continuamos con la firme convicción de estar atentos a las necesidades de la población, a sus intereses y a sus propuestas. Por ello, el llamado que continuamos haciendo es que seamos diputados de calle porque detrás de un escritorio no se conocen las necesidades, no se entiende el sentir ciudadano y eso limita nuestras funciones”, puntualizó.
Si la dinámica legislativa cambia y se procede con agilidad a la interpelación del titular de Energía y Minas, el Pleno aún tiene como tarea solventar un nuevo juicio político contra Felipe Amado Aguilar Marroquín, ministro de Cultura y Deportes.