FUERA DE LA CAJA
Aprenda a amar el networking (1 parte)
Esta semana, dos de mis antiguas alumnas de la Universidad del Valle me pidieron una carta de recomendación para aplicar a universidades en Europa, y me sentí muy contento por su superación. Además, otro exalumno que ocupa un puesto de marketing en una multinacional me pidió que lo ayudara a conseguir candidatos para ocupar unas plazas laborales y, por supuesto, compartí la información con mis actuales estudiantes. Esto me hace considerar que mis exalumnos me buscan porque aprendieron el valor del construir relaciones y pedir ayuda en la red de contactos que han formado. Uno de mis objetivos de escribir esta columna es educar a los lectores sobre el verdadero significado de networking, como una herramienta que puede llevarlos a lograr con éxito, los objetivos que tengan en la vida.
' Uno de mis objetivos es educar a los lectores sobre el verdadero significado de networking.
Julio Lemus
Empecemos siendo claros, muchas personas odian el networking porque se sienten incómodas al practicarlo, y lo consideran desagradable y falso, piensan en el dicho “no hay almuerzo gratis”. Sin embargo, es todo lo contrario, el networking en este mundo moderno se ha convertido en una necesidad. Existen miles de estudios que indican que las redes profesionales logran más y mejores oportunidades de trabajo, mejores proveedores, clientes y socios; también ayudan a agilizar el crecimiento de su profesión, emprendimiento o proyecto que esté desarrollando. Estuve leyendo un artículo en la revista Harvard Business Review titulado Learn to love networking, escrito por Francesca Gino, Maryam Kouchaki y Tiziana Casciaro. En él indicaban que “hicieron un estudio con 165 miembros de una gran firma de abogados de América del Norte, y descubrieron que su éxito dependía de la capacidad que tenían para establecer contactos de manera efectiva, tanto internamente (para que les asignaran clientes selectos) como externamente (para traer negocios a la firma). Aquellos que consideraban estas actividades como desagradables y las evitaban tenían menos horas facturadas que sus compañeros. Además, identificaron cuatro estrategias para ayudar a las personas a cambiar su forma de pensar: 1. Enfóquese en aprender. Las autoras indican que “La mayoría de las personas tienen un enfoque motivacional dominante, lo que los psicólogos llaman mentalidad de ‘promoción’ o ‘prevención’. Los de la primera categoría piensan principalmente en el crecimiento, el avance y los logros que les puede traer la creación de redes, mientras que los de la segunda lo ven como algo en lo que están obligados a participar por razones profesionales”. El problema acá es para los que están en un estado de “prevención” por la obligatoriedad que representa para ellos. Sin embargo, la doctora Carol Dweck, de la Universidad de Stanford, ha documentado en sus investigaciones que es posible cambiar la mentalidad de prevención a promoción, de modo que se pueda ver la creación de redes como una oportunidad para descubrir y aprender. Hay que tener un cambio de mentalidad, si lo invitan a un evento donde hay oportunidad de hacer networking, en vez de decir: “Qué aburrido, voy a tener que fingir y sonreír”; puede pensar: “Quién sabe, puede entablarse una conversación interesante que genere ideas y oportunidades”. Muchos emprendimientos, sociedades y empresas nacieron de una conversación hecha en una reunión formal o informal. Recuerdo que, en el cumpleaños de un compañero del colegio de mi hija, me reencontré con una amiga, la directora de la agencia de RRPP Enlaces Comunicación, la licenciada Rebeca Orellana, a quien considero una de las mejores profesionales de relaciones públicas del país. De esta reunión surgió una alianza entre nuestras empresas que lleva ya varios años funcionando de manera exitosa. 2. Identifique intereses en común: una de las formas de encontrarle gusto al networking es pensar cómo sus intereses y metas se pueden alinear con las de las personas que conoce y de qué forma podrían ayudarlo a lograrlas. Es más enriquecedor construir una relación con personas con las que se comparten ideas, sueños y principios. Estuve hace unos días en una reunión de networking y conocí a una persona que me comenzó hablar sobre su negocio, sus metas y sus planes. Luego, al contarles los míos, nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común y, en ese momento, surgieron ideas y acciones que podíamos trabajar en conjunto. Al sentir esta motivación, se puede dar cuenta que el networking es una herramienta que tiene múltiples beneficios y puede ayudarlo a crecer en diferentes aspectos de su vida.
Continuará…