El documental El estafador de Tinder recoge los testimonios de tres víctimas que fueron seducidas por Leviev y luego engañadas para entregarle millones de dólares que a veces provenían de sus ahorros y otras de préstamos que asumieron.
Una de ellas, Ayleen Charlotte, cuenta que había prestado dinero a Leviev y, tras una publicación periodística que expuso a Leviev como el estafador, se percató que él nunca le pagaría de vuelta. Ella se propuso entregarlo, pero no sin antes recuperar su dinero.
El estafador de Tinder se encontraba escondido en una casa en el bosque. Se comunicó con Charlotte para pedirle dinero. Ella le propuso vender su ropa de diseñador y entregarle lo recaudado. Él accedió, sin saber que este era el plan de Charlotte para recuperar sus recursos.
En ese trajín, Leviev le pidió a Charlotte que lo acompañara a a una clínica en Praga. Ella, fingiendo que lo apoyaba, accedió. En el consultorio, el “estafador de Tinder” pidió al médico que le hiciera un cambio en su rostro, a lo que éste respondió que no lo haría porque esto solo lo requerían los criminales.
Charlotte contó que en ese momento tuvo un impulso para decirle al médico que, en efecto, Leviev era un estafador, pero eso hubiera arruinado el plan maestro de recuperar su dinero.
El documental ha sido popularizado y Leviev ya anunció una demanda para la plataforma Netflix.
