PUNTO DE VISTA
El rearme de Occidente
En julio del 2016 publiqué un artículo con el título: “Un mundo peligroso”, y en el 2020, otro titulado: “Un mundo más peligroso”. La invasión rusa a Ucrania les debe demostrar a los que todavía no se han enterado de que la era de paz estable entre las grandes potencias, que caracterizó el sistema internacional a partir del fin de la Guerra Fría, se acabó. En la década de los 90, para muchos había llegado el fin de la Historia (Francis Fukuyama “dixit”.) Las relaciones internacionales se reducirían, básicamente, a resolver los problemas económicos y comerciales. Pero la Historia regresó con furia y con ella la relevancia de la geopolítica. EE. UU., después de la presidencia de George W. Bush, ha reducido su gasto militar. Sus aliados de la Otán, particularmente los europeos, nunca han querido alcanzar el prometido 2% del PNB en gastos de defensa. El gasto militar conjunto de los 34 países europeos, miembros de la Otán o de la Unión Europea, es menos de la mitad del gasto norteamericano, teniendo casi el doble de la población de EE. UU. y un PNB conjunto mayor. En cambio, Rusia, en la última década, ha doblado su gasto militar, y China, que en 1994 solo tenía el 2.2% del gasto militar mundial, en el 2015 ya alcanzaba el 12.2%.
' Lo único cierto es que definitivamente vivimos en un mundo más peligroso e incierto.
Sadio Garavini di Turno
Olaf Scholtz, en su reciente discurso ante el Bundestag, ha anunciado que Alemania aumentará su presupuesto de defensa en US$113 millardos, alcanzando por primera vez la meta del 2% de su PNB. Esta decisión alemana es el primer indicio del necesario rearme de Occidente. El agresivo revisionismo geopolítico de Rusia y China está creando las condiciones para ese rearme. En los EE. UU. hay un acuerdo firme al respecto entre los dos grandes partidos. La presión rusa se ha evidenciado, en su llamado “cercano exterior”, en el control cada vez más férreo sobre Bielorrusia, la guerra contra Georgia, con la creación de las dos “republiquetas” de Osetia del Sur y Abjasia, el decisivo apoyo militar a Assad en Siria y la “anexión” de Crimea. El revisionismo chino en Asia se ha concretado en la expansión unilateral de su zona económica exclusiva y de sus bases militares en el mar de la China del Sur; el fin de la autonomía de Hong Kong, la agresiva reclamación de las islas japonesas Senkaku (Diaoyutai para China), los incidentes armados fronterizos con la India en el Himalaya, la presión económico-comercial contra Australia y, sobre todo, las amenazantes maniobras militares alrededor de Taiwán. El Japón, en estos últimos años, ya ha aumentado su gasto de defensa, pero es probable que el ritmo del rearme se incremente considerablemente, dada la evidente amenaza china y de la “satrapía nuclear” de Kim Jong-un.
En América Latina el apoyo irrestricto de Venezuela, Nicaragua y Cuba a la brutal invasión militar rusa en Ucrania, que viola claramente la Carta de la ONU, ridiculiza su narrativa “antimperialista” y su defensa retórica de la soberanía absoluta de los Estados y el principio de autodeterminación de los pueblos.
Veremos cómo terminará la invasión rusa en Ucrania y sus consecuencias, pero lo único cierto es que definitivamente vivimos en un mundo más peligroso e incierto y que Occidente se encamina hacia un sustancial rearme, aplicando los dos apotegmas romanos, tan caros a Churchill: “Si vis pacen para bellum” ( si quieres la paz prepárate para la guerra) y “Vigilia pretium libertatis” (La vigilancia es el precio de la libertad).