POR LA LIBERTAD

Subsidio al diésel y gasolina regular

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El Congreso aprobó el martes pasado, de urgencia nacional, por medio del decreto 20-2022, un subsidio de Q5 al galón de diésel y Q2.50 al galón de gasolina regular. Esto hasta por un monto de Q745 millones que implicará una ampliación al Presupuesto General de Egresos del Estado. Es una medida populista equivocada. Veamos por qué.

' Los precios libres funcionan bien, pero los gobiernos los distorsionan y provocan grandes ineficiencias.

Ramón Parellada Cuadrado

El subsidio será temporal. En economía, los precios son señales importantes que llevan valiosísima información. Cuando los precios están altos porque hay escasez de un producto, los consumidores restringen o disminuyen en la medida de lo posible el consumo de ese producto o incluso de otros. Si utilizo mi auto para ir al trabajo y cada viaje me cuesta el doble ahora, entonces hablo con algunos amigos para ver si nos ponemos de acuerdo y usamos un solo auto, en vez de que cada uno lleve el suyo. O bien utilizo el transporte público u otro medio más económico como la bicicleta, dependiendo de la distancia, seguridad y facilidad para llegar al trabajo. Lo mismo se puede hablar del transporte de mercancías o el uso que sea. Utilizar mejor la carga del vehículo (esperar a que esté cargado completamente y no parcialmente para que el costo por unidad de peso sea lo menor posible). Si utilizo una caldera, pues verificar que le hago bien los mantenimientos adecuados, a modo que consuma menos. Si utilizo el diésel en una planta eléctrica, lo mismo, verificar que lo estoy usando sin tiempos muertos y que la planta esté en perfecto estado de funcionamiento.

Los precios altos como ahora nos están indicando que debemos apretarnos el cinturón y ser más cuidadosos que antes con estos combustibles. El subsidio les dice lo contrario, que no hace falta apretarse tanto el cinturón, que pueden seguir gastando como antes (tal vez no como antes, pero debido al subsidio no se deja que el precio sea el que verdaderamente les mande las señales porque ha sido distorsionado). Esta distorsión del precio causada por el gobierno es antieconómica.

Si se quería ayudar a quienes consumen combustibles, lo ideal hubiera sido eliminar los impuestos que actualmente tiene por un período de tiempo. Pero el subsidio implica que se utiliza dinero de los tributarios, es decir, dinero que ha sido pagado coercitivamente por quienes tributamos, y será entregado a quienes utilicen estos dos combustibles. ¿Cuál es el costo de oportunidad de este desvío antieconómico de escasos recursos? ¿No podría estar mejor en manos de los tributarios ese dinero? O ¿qué cosas dejaron de financiarse por hacer que la gasolina regular y el diésel estén un poco más baratos por un período corto de tiempo? Yo me pongo a pensar en cosas que el gobierno tiene que hacer y que son parte de su función básica como la seguridad y la justicia. ¿Cuántos tribunales podrían haberse creado con ese dinero? ¿Qué dicen los ambientalistas? Los precios altos nos dan señales también para buscar alternativas energéticas.

Ya vimos que la cantidad demandada disminuye en la medida en que se incrementan los precios. No disminuyen mucho, pues estos combustibles son difíciles de sustituir y, por lo tanto, la disminución es menos que proporcional al incremento del precio, pero la hay. Por el lado de la oferta, en todo el mundo están corriendo para poder incrementar la cantidad producida. Las inversiones se hacen más atractivas ahora con precios altos para poder comenzar a suplir combustibles caros al mercado. La señal que mandan los precios a los oferentes es clara: produzcan más. Los precios libres funcionan bien, pero los gobiernos los distorsionan y provocan grandes ineficiencias.

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