CABLE A TIERRA

Dos años de pandemia y exceso de mortalidad

Ante el problema de no poder determinar adecuadamente los impactos de la pandemia en el bienestar de las personas debido a las debilidades y desigualdades demostradas en la aplicación del testeo para covid-19 en Guatemala, y la ausencia de una estrategia de rastreo, especialmente en el área rural, el LaboratorioDeDatosGT se dio a la tarea de identificar medidas epidemiológicas que no dependieran únicamente de los datos oficiales aportados por el MSPAS. Así, se identificó el indicador de Exceso de Mortalidad que básicamente mide si hubo incrementos o no en la mortalidad respecto a los valores promedios de defunciones que se han reportado en el Registro Nacional de Defunciones durante cinco años previos a la pandemia. La primera medición para Guatemala la realizamos en diciembre del 2020 y permitió documentar la mortalidad ocurrida durante la primera ola de covid-19 y los meses posteriores, pues la incidencia se mantuvo alta por varios meses. Desde entonces, se han publicado 3 actualizaciones más, siendo la más reciente la publicada por el Instituto de Problemas Nacionales de la Usac (Ipnusac) poco antes de la Semana Santa.

' El exceso de mortalidad durante la covid-19 es una realidad que no se puede enterrar ni ocultar.

Karin Slowing

Este estudio analiza el exceso de mortalidad durante los dos años de pandemia y 4 olas epidémicas, que incluyeron las variantes delta y ómicron. Durante este periodo de dos años, se identificaron 61,383 muertes en exceso (54.0% más que el esperado histórico), de las cuales, por lo menos 24,974 están directamente asociadas a la covid-19. Así, por cada caso fallecido confirmado covid-19 en el MSPAS, existen 1.5 defunciones asociadas a covid-19 en Renap, siendo el subregistro relativamente mayor durante 2022 (1.8 casos en Renap por cada 1 en MSPAS). De las cerca de 25 mil defunciones directamente asociadas a covid-19 en los certificados de defunción, un 28% reportaron también alguna comorbilidad, siendo las más frecuentes: diabetes (13.2%), hipertensión arterial (9.1%), insuficiencia renal crónica (IRC) (3.6%), obesidad (1.6%) y cáncer (0.5%).

El restante 52% de muertes en exceso durante la pandemia se atribuyen a otras causas. Por ejemplo, las defunciones relacionadas con diabetes registraron un total acumulado de 99.6% de exceso de muertes durante las 92 semanas de estudio, para un total de 11 mil 800 muertes en exceso solo en personas con diabetes. Es, éste, un importante indicio del profundo impacto que ha tenido la pandemia sobre un aún más debilitado sistema público de salud, así como el descuido en el tratamiento y seguimiento de estas enfermedades.

Otro hallazgo significativo que se reporta es que a pesar de que ómicron ha sido menos agresiva en términos de letalidad que la Delta, de todas maneras, hubo exceso de mortalidad durante la cuarta ola, recién finalizada en febrero, aunque a escala ostensiblemente menor.

Quizá, la expresión más brutal de la desigualdad en la experiencia de la pandemia, es el efecto acumulado en el exceso de mortalidad en la población indígena que, aunque reporta menos casos detectados, presenta un mayor aumento en la mortalidad respecto a su promedio histórico, debido, muy posiblemente, al desigual acceso a los servicios de salud en el área rural.

El estudio aporta, por consiguiente, una panorámica del enorme costo humano que ha pagado la población guatemalteca por la pandemia propiamente dicha, pero también, por la manera en que ésta ha sido manejada, incluida la vacunación. También es una invitación a no olvidar a esas personas que ya no se encuentran con nosotros, particularmente ahora que la vacunación puede evitar buena parte de dicha mortalidad y prevenir nuevas olas epidémicas. Quedan invitados a analizar el estudio, el cual es accesible en la página web de LabDatosGt.com.

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