La actualización del semáforo epidemiológico publicado este sábado indica que solo 14 municipios están en alerta máxima, en los demás, los guatemaltecos pueden salir a la calle y dejar en casa el cubrebocas que durante dos años fue artículo de primera necesidad para protegerse del contagio del covid-19.
Expertos en Salud han manifestado que no es momento para dejar esta medida sanitaria de lado, pues solo el 41.3 por ciento de la población tiene el esquema completo de vacunación anticovid, y ante el surgimiento de nuevas variantes usar la mascarilla es una estrategia de bajo costo que puede evitar la propagación del virus.
Este fue el primer fin de semana en que los guatemaltecos asumieron la responsabilidad de usar el cubreboca o no. En las calles de la ciudad se vio gente de los dos bandos, aunque son más los que siguen llevándola a todos lados.
Eliú Palala, que es auxiliar de oficina, considera que “la pandemia ya pasó”, y que luego de usar el cubrebocas por dos años es tiempo de quitárselo. En su visita este domingo al Paseo de la Sexta Avenida, en la zona 1 capitalina, el joven caminó por el lugar con la nariz y boca al descubierto.
Aroldo García, sastre de profesión, es de la misma opinión, dejó de usar la mascarilla. Aunque si está en un lugar muy concurrido por respeto a las demás personas dijo que la llevará puesta. “Debe quedar a criterio de las personas el usarla o no”, refirió.
Sin embargo, Margarita Chibalán, ama de casa, señaló que la seguirá utilizando. Llegó a Pasos y Pedales, en la zona 14, con su cubreboca. “Después de dos años se acostumbra uno a tenerlo puesto”, mencionó. Ya está vacunada con su tercera dosis, pero se siente segura llevando la mascarilla puesta cuando sale de casa.
“Prefiero usarla”, mencionó Francisco Chibalán, un empresario. En reuniones familiares en lugares abiertos, considera que no es necesario, pero en sitios donde no conoce a la gente, y que cualquiera puede estar infectado con el virus, la mascarilla le seguirá acompañando como medida de protección.