Ecce Pericles fue escrito por Rafael Arévalo Martínez, un libro formidable que si en nuestro país el Bachillerato fuera de verdad, la mayoría de los estudiantes debería haberlo leído, se retrata al régimen de Manuel Estrada Cabrera, se narra su caída y se pinta al movimiento Unionista con claridad y con fuente documental de primera mano, además la redacción es sencilla, fácil y amena. Es un aporte fundamental para entender la democracia guatemalteca.

En países en crisis la Academia es siempre el refugio de principios e ideales, no por nada, Daniel Ortega persiguió, asesinó, aprehendió y torturó a estudiantes universitarios durante las protestas populares nicaragüenses acalladas con sangre y fuego. Sin embargo en nuestro país por si fuera poco ver en la Comisión de Fiscal General a la Universidad más importante del país como es la San Carlos, con sus aleros Panamericana, San Pablo y del Istmo, así como el Colegio de Abogados, avalar de manera abierta plagios, ahora se nos sorprende, aún más, por el propio Consejo Superior Universitario al dejar a un lado su mandato legal de alternancia de Rector cada 4 años y con argumentos rabulescos empujar a un ejercicio indefinido de las autoridades provisionales para llevar a cabo un descarado y evidente fraude electoral, esto pinta un futuro más sombrío porque es también evidente la persecución con tintes macondianos y macartistas contra ex fiscales, jueces, abogados y periodistas, entre otros.

Comparto acá el texto copiado por don Rafael Arévalo Martínez en Ecce Pericles, cuya autoría es de don Manuel Valladares, quien con sus letras coadyuvó a la creación de la conciencia democrática por medio de artículos de prensa: “El estudio de Guatemala y la meditación acerca de su historia tiene para el continente occidental y para la Democracia interés mayor de lo que a primera vista parece; y si es así para la generalidad de naciones hispanoamericanas, para Méjico y las pequeñas repúblicas del Sur tiene importancia más grande en razón de la vecindad que determina relaciones de toda especie. Si a las cosas pequeñas se les puede atribuir las circunstancias de las mayores, a Guatemala se le pudiera llamar la Polonia de América, grande pro sus hijos, interesante en su pasado, destrozada y cercenada en su territorio por todos sus vecinos; traicionada en ocasiones por sus mismos directores y jefes; desgarrada en su interior por la inestabilidad de sus instituciones engañosas; con gérmenes de disgregación de sus partes, fomentada por la conveniencia de sus émulos; en posición geográfica envidiable y azotada por la desgracia cual si estuviese de antemano señalada al rigor de un destino despiadado”.

Estas letras fueron publicadas en abril de 1928, es decir, hace 94 años. Estamos seguros de que somos muchos quienes nos resistimos a que casi un siglo después la descripción sea vigente. Nuestro actual proceso democrático, por pírrico que parezca, está siendo combatido por fuerzas cuya posición tradicional se ha visto amenazada por la precaria adopción de principios liberales, como lo son, las libertades de asociación, emisión del pensamiento, acceso a la información pública y de mercado, el ejercicio de estas libertades provoca la eliminación de garantías para su defensa como lo son la carrera judicial y la carrera fiscal, sin mencionar los argumentos inspirados quizás en Houdini para darle la vuelta a los mandatos constitucionales y hacer del amparo y de la Exhibición Personal figuras de anaquel.

Terminamos con una pregunta y cada uno responda ¿dejaremos vigente una descripción de hace 94 años solo que ahora sumándose a la traición a la propia Universidad de San Carlos y otras universidades privadas?