De entre los tres, el ginseng coreano es el más conocido y que más se demanda en el mercado. Las características de cada uno de ellos son las siguientes:
GINSENG COREANO, ESTIMULANTE CONTRA LA FATIGA
El ginseng coreano o ginseng rojo tiene una tradición milenaria como medicina en China (3000 a.C), donde popularmente se ha utilizado para prolongar y mejorar la calidad de vida, además de potenciar el deseo sexual. “Considerado como el más estimulante de los tres, el ginseng coreano se caracteriza porque tiende a subir la presión sanguínea, en contraste con el efecto sedante del ginseng americano o el regulador del siberiano”, según el investigador Alfredo Vides Padilla.
Este ginseng es recomendado a los estudiantes en época de exámenes, ya que mejora la concentración mental, sobre todo cuando disminuye la atención por cansancio físico o mental. Se debe de tomar durante tres meses, pero tras este periodo no conviene prolongar su ingesta.
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En las pruebas realizadas sobre animales se ha comprobado que aumenta los niveles de testosterona y la cantidad de espermatozoides, por lo que puede ser beneficioso para los hombres con problemas de fertilidad.
GINSENG SIBERIANO
Aunque el siberiano no es realmente de la especie de los ginseng, sin embargo, tiene efectos paralelos como un gran regulador en general y está muy indicado para las personas que sufren de baja presión sanguínea o en los casos de irregularidades en el ciclo menstrual de las mujeres. Y, como para cada uno de los tres ginseng, se recomienda realizar periodos de descanso en el caso de que la ingesta sea prologada.
GINSENG AMERICANO, SEDANTE CONTRA LA ANSIEDAD
El ginseng americano proporciona un efecto sedante en contraste con el efecto estimulante del coreano, al tener un principio activo hipotensor. Está recomendado en casos de tensión nerviosa, ansiedad y cansancio general, debido a sus efectos tonificantes. Popularmente, ha sido utilizado para mejorar desarreglos del aparato digestivo o estreñimiento.
El ginseng, desde la Antigüedad, ha suscitado el interés de la medicina hasta formar parte del grupo de plantas más analizadas e investigadas, debido a sus propiedades benéficas sobre el organismo, aunque nunca se le ha llegado a considerar como medicina propiamente dicha.
En los estudios realizados, se han ido aislando cada una de las sustancias que lo componen, siendo testadas en animales y en el hombre, en donde se han obtenido resultados sorprendentes.
La escritora y especialista en hierbas medicinales, Ingrid Pfendtner, mantiene que “de las 150 sustancias que hasta ahora se han identificado en su composición, se ha concluido que, combinadas éstas entre sí, hacen de esta planta legendaria “la reina de las plantas medicinales”.
Entre las sustancias más importantes que contiene la raíz del ginseng se encuentran los ginsenósidos o compuestos químicos naturales a los que se le atribuyen la mayor parte de las respuestas medicinales que la caracterizan.
Pero no hay que pensar que los resultados se obtienen rápidamente, porque el efecto de las plantas medicinales sólo se puede observar pasado un tiempo en que han sido reguladas las dosis. Entre las cualidades que ofrece el ginseng tanto como medio preventivo como por sus efectos terapéuticos se encuentran los siguientes:
EFECTOS TERAPÉUTICOS
La mejor adaptación y tolerancia del cuerpo frente a situaciones de tensión y la protección frente a los efectos negativos que puede producir un estrés prolongado.
Mejora las capacidades mentales como la memoria, la atención y concentración, así como las facultades de raciocinio, al mismo tiempo que actúa contra el cansancio y la fatiga.
Según las necesidades del cuerpo y la mente, actúa estimulando o tranquilizando el sistema nervioso central. En las personas con un nivel de azúcar bajo en la sangre, lo aumenta y lo disminuye si éste es alto, así como actúa de la misma manera en relación con la presión sanguínea, según sea esta alta o baja.
Mantiene la sangre fluida, disminuye los niveles de colesterol en sangre y fortalece el músculo cardíaco.
Sus efectos son relevantes como antioxidante, contrarrestando el efecto destructivo de los radicales libres que dañan las células y son causantes de numerosas enfermedades y del envejecimiento prematuro.
También ofrece resistencia frente a virus enemigos, bacterias y hongos de los que el ginseng ayuda a defenderse.
En general, cualquier persona puede tomar ginseng, sea mayor, joven, sano o enfermo, y no se conoce ninguna enfermedad que sea incompatible con él, señala Ingrid Pfendtner.