Una de estas curiosas historias está relacionada a la existencia de dos máscaras del capo del narcotráfico colombiano, las cuales se encuentran en un museo de Estados Unidos.
En 1991, Pablo Escobar se entregó a la justicia de Colombia y aceptó permanecer detenido en la prisión La Catedral, cárcel que él mismo mandó a hacer y estaba equipada de un sinfín de lujosas comodidades para atender las necesidades del narcotraficante.
Durante su estadía en esta prisión ubicada en Envigado, Pablo Escobar mandó a hacer una máscara con sus facciones, según información de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo, actualmente se desconoce el motivo por el que el entonces líder del Cártel de Medellín hizo esta máscara, así como los materiales que fueron utilizados para su creación y el proceso al cual fue sometida.
Tan solo un par de meses después de la fabricación de esta máscara, Pablo Escobar escapó de La Catedral y aunque su fuga fue un éxito, este hecho marcó el comienzo de su fin.
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El 2 de diciembre de 1993, Pablo Escobar fue abatido mientras intentaba escapar de su escondite en Medellín, luego de que la DEA, en conjunto con las autoridades colombianas, organizara una operación para capturar al narcotraficante más peligroso del mundo.
Visit the #DEA Museum and learn about the history of drug law enforcement! See objects like #PabloEscobar Life/Death Masks. Find out more about them, read/watch lecture Artifacts from the DEA Museum: https://t.co/nmSb8zUhVr @DEAHQ at 45- celebrate with us! #TBT #ThrowbackThursday pic.twitter.com/9sBbC5Qz2f
— DEA HQ (@DEAHQ) November 8, 2018
Luego de la muerte de Escobar, la máscara fue entregada por la policía colombiana a Thomas Constantine, administrador de la DEA, y fue llevada hacia Estados Unidos para ser exhibida en un museo.
Por su parte, la otra máscara de Pablo Escobar fue fabricada por las autoridades de Colombia como recordatorio de la violencia que se vivió en el país durante el auge del Cártel de Medellín y también fue entregada a la DEA.
Actualmente, ambas máscaras se encuentran en el museo de la DEA, ubicado en Arlington, Virginia, donde son exhibidas como parte de la historia de la lucha contra el narcotráfico de esta institución.