La muerte violenta de 19 inocentes niños de siete y diez años, quienes apenas habían abierto sus ojos en este mundo cruel y dos maestras en escuelita en pueblo de Texas, Estados Unidos, ejecutada por un enloquecido joven asesino impulsado presuntamente por drogas, mantiene y mantendrá conmoción humana por mucho tiempo en los corazones de habitantes de este tenebroso planeta, mientras que el dolor y tristeza será eterno en sus inconsolables padres, familiares y amigos. La policía acudió inmediatamente al lugar de los hechos y acribilló al criminal, cuando debió haberlo capturado para que un tribunal lo procesara, condenara y sufriera como castigo prisión hasta su muerte.

Los guatemaltecos sensibles y humanos sufrimos el impacto de esta tragedia, profundamente impresionados al presenciar escenas televisivas cuando los pequeños eran impactados por balas de grueso calibre disparadas por este loco asesino y sus cuerpecitos caían sin vida al suelo. Según investigaciones periodísticas, la existencia de este desorbitado individuo fue desordenada e impulsada por estupefacientes, como sucede desgraciadamente en esa nación, en buena mayoría de países y aquí en nuestra patria por abuso de irresponsables traficantes y flojedad de las autoridades específicas que no cumplen con su deber y obligación desde hace muchos años.

Milagrosamente varios infantes y profesores salvaron sus vidas, pero sufrirán por mucho tiempo las consecuencias de tan horrorosas e impresionantes escenas que posiblemente podrán o no superar con tratamientos médicos específicos que están recibiendo, además de la delicada pero segura ayuda moral y espiritual de sus padres, familiares y amigos que también sufren las consecuencias de esta horrible pesadilla que jamás podrán olvidar pues han marcado sus vidas, con mayores consecuencias en la existencia y futuro de los sufridos papás, familias y personas que los aprecian y que de igual manera sufren tan profundo dolor humano.

Aquí en Guatemala afortunadamente no se han registrado matanzas similares como esta y muchas otras anteriores en el mismo país norteamericano, pero aquí continúan registrando millares de tragedias con muerte violenta de niños, por la incontrolable violencia asesina que impera en desde hace varios años, por la mortal e interminable pandemia que continúa cobrando vidas infantiles y también muy lamentablemente por la masiva desnutrición infantil que desde hace muchos años cobra la existencia de criaturas principalmente pobres, amenaza a quienes permanecen en hospitales o viven en lejanas montañas sin recursos económicos de sus padres o familiares.

También quienes padecen de enfermedades producidas por hambre pues desafortunadamente por pobreza reciben solamente una o dos comidas diarias, en muchos extremos tortillas con sal y café, aparte de no ser cubiertos por médicos y medicinas. Gobiernos irresponsables no han cubierto estos extremos durante tantos años como es su deber, provocando graves consecuencias en contra de ciudadanos pobres y de extrema pobreza, por tradicional costumbre negativa de políticos irresponsables que al llegar al poder se olvidan de sus promesas eleccionarias y obligaciones ciudadanas, ante la paciencia de los votantes obligados a exigir sus derechos y seguir cayendo de pendejos.

Pronto habrá nuevas elecciones generales y podrá suceder igual desgracia ciudadana, a no ser que los guatemaltecos responsables y honrados involucrados en partidos políticos o no, exijan valor y respeto a su voto, de lo contrario asumir acciones inmediatas, valientes, decididas y también arriesgadas, demostrando dignidad y responsable valor guatemalteco. Estaremos expectantes.