“Estoy muy confiado”, aseguró lacónicamente ante los periodistas Sepp Blatter, “con la conciencia tranquila”, antes de adentrarse en la sala de audiencias en un proceso hasta el 22 de junio, cuyo veredicto se espera el 8 de julio.
Sólo tomó la palabra al final de la audiencia para señalar su cansancio, mientras que a causa de su precaria salud luego de una operación de corazón, las audiencias tienen lugar tan sólo en horario matinal.
Sin dar explicaciones por el momento sobre el fondo del dossier, los acusados vieron a la defensa de Platini tratando de ampliar el marco, para incluir un expediente distinto del que es objeto desde 2020 el actual presidente de la FIFA Gianni Infantino.
¿Se debe debatir únicamente sobre la factura de 2 millones de francos suizos (1,8 millones de euros/sobre 2 millones de dólares) presentada por el francés en 2011 y aprobada por Blatter, como sostiene la fiscalía? ¿O se trata de una conspiración con el objetivo de apartar al triple Balón de Oro de la carrera a la presidencia de la FIFA, que le parecía prometida cuando estalló el caso en 2015, instrumentalizando la justicia?
“Teoría del complot”
“Hay un vínculo directo” entre las acusaciones de fraude contra Platini, presidente de la UEFA en el momento de los hechos, y varios encuentros secretos entre Infantino y el antiguo fiscal jefe de Suiza, asegura Dominic Nellen, uno de sus abogados.
Pero el fiscal Thomas Hildbrand descartó cualquier relación entre los dos expedientes, antes de que de la abogada de la FIFA, Catherine Hohl-Chirazi, denunciase una “teoría del complot” para desviar el fondo de las acusaciones.
Y los tres magistrados siguieron esa misma lógica, rechazando unir los dos casos. El juicio se reanudará el jueves por la mañana sobre el pago acordado a Michel Platini con el visto bueno de Blatter.
Defensa y fiscalía coinciden en un punto: Platini asesoró a Sepp Blatter entre 1998 y 2002, durante el primer mandato de este último al frente de la FIFA, y los dos hombres firmaron en 1999 un contrato que establecía una remuneración anual de 300.000 francos suizos, pagados íntegramente por la FIFA.
Pero en enero de 2011, “más de ocho años después del final de su actividad como asesor”, el antiguo jugador de la Juventus “hizo valer una deuda de 2 millones de francos suizos”, saldada por la instancia del fútbol “con la participación” de Sepp Blatter, según la fiscalía.
¿Acuerdo oral?
Para la acusación se trata de un pago injustificado, logrado induciendo “astutamente al error” a los controles internos de la FIFA mediante afirmaciones engañosas de los dos dirigentes.
Ambos insisten por su parte en que decidieron desde el principio un salario anual de un millón de francos suizos, de forma oral y sin testigos, sin que las finanzas de la FIFA permitiesen el pago inmediato a Platini.
Pero ambos deberán aclarar la contradicción con el contrato de 1999, el hecho de que esta deuda no fuese provisionada por la FIFA, y el contraste con las prácticas habituales de la instancia, que nunca ha pagado un salario o una factura “sin base escrita”, según asegurara su antiguo responsable de recursos humanos en el procedimiento disciplinario.
Parte civil, la FIFA pretende que se le devuelva el salario y las cargas sociales pagados en 2011, “para que el dinero desviado por los acusados para fines personales sea devuelto al único objetivo para el que estaba destinado: el fútbol”, indicó a la AFP Me Hohl-Chirazi, abogada de la institución.