En el caso de Guatemala la cifra es mayor. La Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil (Ensmi) 2014-2015 señala que la prevalencia de esta condición -leve, moderada y severa- es en siete de cada 10 niños de seis a 11 meses de edad, desciende un tanto entre menores de 12 y 17 meses, pues disminuye a seis de cada 10.
Las cifras de mujeres con anemia en el contexto nacional también son elevadas. El 14 por ciento de la población entre 15 y 49 años la padece, pero conforme avanzan en edad y según el número de hijos que hayan tenido la proporción puede subir a 16. Son datos que reflejan la realidad de siete años atrás, pues son tomados de la última Ensmi que el país realizó, por lo que los casos podrían ser más.
La anemia se caracteriza por los bajos niveles de hemoglobina que las personas tienen en la sangre, y la falta de hierro contribuye a desarrollar esta condición.
A criterio de la nutricionista Rita Franco, éstes es un problema de salud pública. Es un factor de riesgo para las muertes maternas, y también influye en el bajo peso de los recién nacidos, además de que aumenta la posibilidad de muertes en los primeros días de vida, y afecta el desarrollo de los infantes.
“La anemia ferropénica, que es la anemia causada por deficiencia de hierro, es la más común en los niños y es uno de los factores que causan desnutrición crónica infantil”, indica Franco. A esto agrega que estudios evidencian que los hijos de madres que recibieron suplementación de hierro y ácido fólico durante el embarazo tienen mejores niveles de inteligencia.
Según la OMS, esta “es una afección en la que el número de glóbulos rojos o la concentración de hemoglobina dentro de estos es menor de lo normal. La hemoglobina es necesaria para transportar oxígeno y si una persona tiene muy pocos glóbulos rojos, si estos son anómalos o no hay suficiente hemoglobina, ello disminuirá la capacidad de la sangre para transportar oxígeno a los tejidos del organismo”.
Los síntomas de la anemia son cansancio, menor rendimiento en actividades, afecta el desarrollo motor y cognitivo, trae anomalías del crecimiento, debilitamiento del sistema inmune, que se refleja en infecciones frecuentes, entre otros.
Franco añade que para un buen desarrollo en la temprana edad es necesario proveer la buena nutrición, cuidados adecuados de salud y la estimulación adecuada en la casa como en la escuela.
Además de la suplementación con micronutrientes, la fortificación de alimentos es una estrategia utilizada alrededor del mundo para prevención de deficiencias de micronutrientes. En Guatemala por ley se fortifica la harina de trigo con hierro, vitaminas del complejo B y ácido fólico.
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Casos sin freno
De acuerdo con el informe La malnutrición en Guatemala frenando el desarrollo de nuestro país, desarrollado por la organización FHI 360, la anemia es un reflejo de la malnutrición que afecta a la población infantil, y es una condición que también conduce a la destrucción crónica y aguda, y provoca bajo peso al nacer.
En el tema de la desnutrición, se sabe que en el país uno de cada dos niños sufre de desnutrición crónica, lo que compromete su desarrollo físico y cognitivo. Mientras que al 28 de mayo el Sistema de Información Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional (Siinsan) reportó un nuevo aumento de niños menores de cinco años con un cuadro agudo. Van 9 mil 422 casos, son 173 más que la semana anterior.
Las muertes no dejan de aumentar, hay un caso más que falleció en Alta Verapaz. El acumulado de fallecidos por el flagelo son nueve, entre los seis meses y dos años de edad. Hay medio centenar de decesos más en investigación. No está de más recordar que el 2021 cerró con 61 niños muertos por desnutrición aguda.
Plantea solución
Edwin Zamora está enfocado en la industria alimenticia y ha dedicado buena parte de su vida en un proyecto que está convencido es capaz de disminuir la desnutrición en Guatemala, con la asesoría de nutricionistas logró la fórmula.
Lleva varias décadas desarrollando estos productos que atacan la desnutrición desde varios frentes. Señala que el flagelo está estrechamente relacionado con el parasitismo y la anemia.
“Para eliminar la desnutrición hay que eliminar la anemia, no hay otra forma”, dice Zamora, agrega que “los parásitos son los peores enemigos para que baje la hemoglobina”. Es este es un problema que no solo se da en los niños, los adultos también lo padecen.
En el caso del parasitismo, esta condición impide que los beneficios de los alimentos que la persona ingiere sean aprovechados por el organismo, pues los parásitos que viven en el intestino o en otro lugar del cuerpo son los que se aprovechen de lo poco o mucho que el individuo pueda comer.
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Para eliminar este problema desarrolló una barra desparasitante elaborada con frutas y chocolate, que contiene 400 mg de albendazol, medicamento que es eficaz para eliminar parásitos en fases larvarias y adultas, capaz de destruir huevos de scaris, tricocéfalo, uncinarias, tenias e hymenolepis.
Debido a que es difícil que los niños tomen una pastilla desparasitante, la intención de Zamora es que a través de esta barra los infantes consuman el medicamento sin rechazarlo, pues el sabor es agradable y la textura similar a un brownie. El tratamiento es ingerir una barra cada tres meses, y lo pueden consumir tanto niños mayores de dos años como los adultos.
Menciona que un humano infestado de parásitos puede tener un nivel bajo de hemoglobina (anemia), de allí que también desarrolló una barra anti-anémicas a base de frutas naturales que contiene 10 vitaminas y seis minerales, que además incluye 15 mg de hierro aminoquelado.
El tratamiento es comer 16 barras, dos a la semana durante dos meses, y repetirlo cuatro veces al año. Según su creador con esto se logra nivelar la hemoglobina, y conseguir una reserva en el cuerpo por tres meses para que la persona se recupere de la anemia. También es necesario darle a las mujeres embarazadas vitaminas prenatales.
El hierro se encuentra en alimentos como carnes rojas, mariscos, legumbres, hígado, entre otros, pero estos productos no están al alcance de toda la población, y en las áreas rurales el acceso es menor. La visión de Zamora es llevar este proyecto a las poblaciones con mayor índice de desnutrición.
Como un primer paso se proponen alcanza a los municipios de San Juan Atitán, Santiago Chimaltenango, San Miguel Acatán, San Mateo Ixtatán y San Rafael Independencia en Huehuetenango. También Concepción Tutuapa y Comitancillo en San Marcos. En Quiché está Nebaj y Chajul, mientras que en Totonicapán Santa María Chiquimula. Para lograrlo requiere U$$1 millón para luego extenderla a más poblados, y poco a poco cubrir a todo el país. En este punto requiere de apoyo económico para implementarlo.
Zamora indica que la implementación de este proyecto debe ser sostenida en el tiempo para eliminar los niveles de desnutrición en el país, “claro que es una inversión de mucho dinero, pero hay que hacerlo”, además de que requiere de una logística adecuada para distribuirla entre la población, pero el proceso debe ir acompañado de educar a la población para que consuman las barras.