En esta cárcel, el famoso capo del narcotráfico está bajo un estricto régimen de seguridad y vigilancia por parte de varias instituciones gubernamentales debido a que Guzmán Loera se encuentra cumpliendo una condena de cadena perpetua.
La capacidad de influencia de “El Chapo” hace que el narcotraficante pase sus días en prisión bajo este estricto régimen carcelario, de acuerdo con el Departamento de Justicia de EE.UU.
Dentro de este régimen de vigilancia, el FBI, la DEA y el Servicio de Inmigración y Aduanas le revisan a Joaquín “El Chapo” Guzmán todas sus cartas, mensajes, llamadas y visitas de cualquier tipo.
Según la Agencia Federal de Prisioneros (BOP), las 13 cartas que el ex líder del Cártel de Sinaloa ha enviado a sus seres queridos han sido meticulosamente examinadas y leídas por las tres instituciones previamente mencionadas.
Asimismo, esta institución aseguró que las cartas que “El Chapo” recibe también son revisadas y no deben de exceder de tres hojas por ambos lados.
Las llamadas que realiza y recibe el peligroso narcotraficante son revisadas, ya que las autoridades las escuchan en tiempo real y un intérprete traduce la información, situación por la cual Joaquín Guzmán debe de advertir con 14 días de antelación.
Añadido a esto, estas llamadas son grabadas y transcritas para que agentes del FBI, la DEA y el Servicio de Inmigración y Aduanas hagan un análisis sobre ellas.
Con relación a las visitas, las personas que llegan a la prisión ADX Florence para ver a “El Chapo” deben de ser adultos y no pueden tener contacto físico con el narcotraficante en ningún momento.
De igual forma, estas visitas son monitoreadas en vivo por agentes federales y el capo del narcotraficante tiene determinadamente prohibido tener contacto con cualquier medio de comunicación.