De acuerdo con la especialista, desde la óptica psicológica existen tres maneras de ver al orden, esa virtud tan amada por muchos, y rechazada por otros.
La primera forma de verla es como un orden cognitivo, ya que proporciona estructura, estabilidad mental, favorece la capacidad de concentración y facilita la memoria; la segunda es como un orden emocional, ya que reduce el estrés, provoca una mayor sensación de control y mejora la confianza; en un tercer orden se encuentra la forma conductual que se explica como la distribución del tiempo y la focalización de las tareas.
A decir de Méndez, más allá de las consideraciones sobre esta virtud, y las maneras en las que nos enseñan a trabajarla, no existe una forma ideal o específica para ser ordenados, sin embargo, esta dinámica siempre incluye aspectos como la estructura para realizar actividades con cierta periodicidad, basada en una lista de atribuciones en distintas áreas de la vida como el hogar, el trabajo y la rutina.
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El orden depende también de la personalidad y el carácter, puesto que se percibe de distintas maneras y además es aplicable en distintas formas de vida. “Asimismo puede ser orientado por el contexto en el que se sitúan las personas, por un aprendizaje desde la observación a otros o bien, o por una guía“, explica Méndez.
En este aspecto, cobra sentido hablar también sobre la importancia que supone la planificación desde la mirada del orden. Manuela apunta que esto se trata de una habilidad cognitiva que estudia de manera “analítica y lógica” las acciones deseadas para trazar con anticipación un proyecto o meta.
Su importancia radica en el aumento de la productividad eliminando distractores que retrasan las metas. Asimismo, anticipa un análisis crítico para mejores tomas de decisiones, fomenta el hábito de la autodisciplina y el autoconocimiento de las capacidades personales, así como promueve la persistencia, subraya la especialista en salud mental.
Claves para trabajar la planificación
La planificación no siempre es sencilla de ejecutar para todas las personas. Como se ha dicho, cada quien tiene una forma de comprender el orden y la manera de llegar a un cometido, por lo que esperar que todos actúen igual respecto a una meta puede ser muy utópico e irreal.
Aun así, existen ciertas pautas que pueden ser aplicables en cualquier momento por cualquier persona con el fin de trazar una ruta hacia las metas deseadas. De acuerdo con Manuela Méndez, estas son:
- Estipular que las metas puedan ser realizables en un corto, mediano y largo plazo con las herramientas que se cuenten.
- Organizar todas las actividades que se espera ejecutar en el día mediante la disponibilidad que haya en el tiempo.
- Más allá de las propuestas auto establecidas, permitirse la flexibilidad que puedan tener las actividades.
- Es necesario tener dentro del mismo horario un espacio para el ocio, así como para las actividades lúdicas.
- Buscar formas alternativas de ejecutar las actividades que se planea hacer, y no necesariamente estar adscrito a una sola forma.
- No juzgarse, ni juzgar a otras personas por la manera en que se realizan las actividades propuestas, ya que cada quien tiene formas distintas de abordar las situaciones.
- Compartir de manera empática con las otras personas las propias experiencias durante el proceso de planificación, ya que esto puede sumar nuevas consideraciones para hacerlo mejor.
- En el caso de los adultos, se recomienda que puedan guiar a los niños o adolescentes para que estos planteen desde temprana edad sus metas con cierta estructura de planificación.
Durante el proceso de planear, también es necesario reconocer que pueden existir ciertos errores. Algunos compartidos por Méndez que pueden preverse son:
- No contabilizar bien ni distribuir correctamente las horas para realizar las actividades.
- Querer realizar muchas actividades al mismo tiempo.
- Carecer de una disciplina a la hora de poner en marcha las metas.
- No ser flexibles con las metas propuestas.
- No aceptar el apoyo de las demás personas que tenemos alrededor para llevar a cabo nuestras actividades.
- Actuar de manera impulsiva y no considerar otras posibilidades.
- No aceptar los errores ni las fallas en el proceso de trazar las metas.
La planificación, el orden y el trabajo
El psicólogo industrial Flavio Núñez apunta que el orden es un elemento que no puede desligarse de la dinámica laboral. Asegura que una vez se tome en cuenta esta parte, los trabajadores pueden encontrar formas para mejorar su rendimiento en las tareas cotidianas.
Así como Manuela Méndez, Flavio Núñez también apunta que no hay una manera específica en que el orden deba ponerse en práctica aún en el área laboral. “No hay un orden específico que se recomiende a los colaboradores, pero este siempre debe ir orientado a un mejor alcance de la accesibilidad en las actividades cotidianas, o que ayude a las personas a lograr mejor sus metas”, agrega el psicólogo industrial.
Núñez señala que el ordenamiento visual del área de trabajo puede aportar mucho a la hora de preceder la planificación, ya que esto despeja el panorama de los trabajadores, así como sus pensamientos. “Existen dos tipos de personas: quienes deben ordenar lo visual para ordenar sus pensamientos o quienes necesitan ordenar su parte mental para simplificar lo tangencial”, explica.
En cuanto a la planificación, recomienda que el empleado desde el primer día mantenga una agenda ordenada y alcanzable, para que desde allí se proponga distintas metas que en medida de sus posibilidades pueda alcanzar.
El psicólogo apunta que un tip para llevar a cabo el orden pueden ser el ordenamiento del área de trabajo ya sea esta física o virtual. Por ejemplo, se pueden ordenar los objetos alrededor de la mesa donde se labura, y también limpiar los distintos íconos del escritorio de la computadora. Esto, con el fin de crear una sensación de tranquilidad ante las herramientas de trabajo.
Al inicio de cada jornada también se sugiere revisar los pendientes para ver cuáles son las prioridades por solventar, o bien, los temas que quedaron pendientes de solucionar. Flavio comparte que elementos como post-its, o alarmas pueden funcionar también para recordar ciertas tareas urgentes.
En cuanto a un gran error que podría surgir a la hora de planificar en el trabajo, el psicólogo industrial sugiere evitar copiar a los compañeros su forma de planificación diaria, sobre todo, cuando esta no se acopla a la forma de ser de quien está copiando. Núñez infiere que todos somos distintos, y aún en el ámbito laboral, podemos llegar a mismas metas que nuestros compañeros, pero de maneras diferentes.