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Huehuetenango hace un siglo

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El libro de Rubén Rivas Alvarado Memorias y Recuerdos de Huehuetenango 1906-1920, estuvo a mi cargo como editor.

' Personas, fechas, lugares, hechos, se recogen en el libro sobre Huehuetenango a principios del siglo XX.

José Molina Calderón

Don Rubén, como se le conocía, nació en la ciudad de Huehuetenango en 1906, y en junio de 1920 se trasladó a la ciudad de Guatemala. Cuando cumplió 75 años, en 1981, decidió escribir sus memorias, aunque no las llamó de esa manera. Las tituló Ensayo Autobiográfico. Sin embargo, no sólo es la autobiografía de él en ese período, sino que abarca una serie de informaciones que recogen personas, fechas, lugares, hechos, todas esas cosas que él dice forman la propia vida. Falleció más adelante en la capital guatemalteca el 18 de octubre de 1992, recién cumplidos 86 años.

Conocí a don Rubén porque fue mi barbero durante varios años en la barbería de su propiedad, cuyo local le alquilaba al Hotel Camino Real. Trabajé frente a las instalaciones del hotel a partir de 1975, y sólo cruzaba la Avenida Reforma y llegaba a la barbería a escasos 100 metros.

En un momento dado conectamos que los dos éramos originarios de Huehuetenango. De 1949 a 1959 mis padres nos llevaban a la familia, de cuatro hermanos, a Huehuetenango de dos a cuatro veces por año: vacaciones de Navidad, Semana Santa, 6 de agosto por el cumpleaños de mi abuela paterna y por algún acontecimiento extraordinario. Conocí a buen número de personas de los hijos de las personas que aparecen en este libro. Por eso el relato de don Rubén me resultó muy familiar. Don Rubén nacido ahí, y en mi caso porque mi madre y padre habían nacido en el municipio de Malacatancito y en la cabecera departamental de Huehuetenango, respectivamente.

Una vez establecido el enlace de provincia con el tema de Huehuetenango, cuando acudía a la barbería y estaba cortándome el pelo, en ocasiones suspendía el corte y se paraba enfrente para contarme historias muy amenas, principalmente de mi familia, que era muy numerosa. A mediados del siglo XX llegué a tener 24 tíos y sus respectivos cónyuges, algunos de los cuales los conoció don Rubén y los cita en el libro, incluyendo a mi señor padre.

Lo que no sabía en ese entonces era que él quería escribir sus memorias. Textualmente dice: A falta de escribir un libro, voy a narrar un cúmulo de recuerdos que son de mi propia vida…

Lo sorprendente de esa narración, es justamente la memoria que tenía don Rubén para recordar tantos detalles. El texto fue redactado en máquina de escribir antigua, y lo obtuve con la intervención de Daniel Reinaldo Arriola Galindo, de origen huehueteco por el apellido Galindo. Él a su vez tiene un hermano, Manuel Rolando Arriola Galindo, a quien está dedicada a mano una copia del libro con la firma y rúbrica de don Rubén, diciéndole “para que siga recordando gentes y lindos lugares que conoció y recuerda”.

Un tío mío, Roberto Molina Calderón contrajo matrimonio con Yolanda Galindo, la única tía que queda con vida, viviéndola con mucha plenitud a los 94 años.

Los hermanos Arriola Galindo son amigos de vecindario en la zona 5 capitalina de los nietos de don Rubén, y así se logró reunir y completar el material descrito, contando con respaldo de la familia del autor.

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