Incluso varias celebridades de diferentes ramas del entretenimiento han dejado ver su afición a la serie protagonizada por El Chavo del Ocho.
Un ejemplo de esto es el popular futbolista Lionel Messi, quien en una ocasión se disfrazó de uno de los personajes de la serie televisiva.
En el año 2012 cuando se celebraron los 40 años de trayectoria de Roberto Gomez Bolaños, los usuarios en redes sociales encontraron una fotografía del astro argentino disfrazado del personaje de Quico en una fiesta de disfraces.
En la fotografía se ve al futbolista que en ese momento pertenecía al FC Barcelona junto a su actual pareja Antonella Rocuzzo, quien iba disfrazada del personaje de Pocahontas.
Esta no se trata de la única vez en la que un futbolista homenajea la serie de El Chavo del Ocho. En 2013 fue Neymar Jr. quien se disfrazó igualmente de Quico para una fiesta del cantante brasileño Tiaguinho.
En la fotografía se ve al futbolista brasileño con el mismo traje del personaje original, es decir, un traje de color negro con una corbata roja, con la diferencia de llevar una gorra de color azul, rojo y amarillo.
Incluso el actor que personificó a Quico en la serie original, Carlos Villagrán, visitó al futbolista brasileño en 2014 mientras estaba en un entrenamiento. Villagrán llegó a decir que quería que Neymar “fuera el campeón del mundo, dado a que es muy talentoso”.
Otro de los futbolistas que tuvo la oportunidad de conocer al mismo Roberto Gómez Bolaños fue Diego Armando Maradona.
Esto ocurrió en 2005, cuando el futbolista argentino conducía el programa La Noche del 10 y pudo conocer de primera mano a “Chespirito”.
Por último, una de las muestras de cariño más grande que un jugador de futbol tuvo con El Chavo del Ocho fue de parte de Robert Kennedy, delantero del equipo Chelsea F.C.
En un partido amistoso que el grupo inglés enfrentó contra las Águilas del América, el público descubrió un tatuaje en la pantorrilla de Kennedy, que tenía la imagen de Don Ramón, junto a una frase del personaje.
La frase estaba en portugués, pero traducida decía: “No hay trabajo malo, lo malo es tener que trabajar”.