META HUMANOS

Las 5 Cumbres Guatemala 2032

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El sábado pasado, más de cien guatemaltecos nos reunimos en Atitlán, en la última de las 5 Cumbres organizadas por Nueva Narrativa, que desde febrero han reunido a guatemaltecos de diversos sectores, edades y regiones del país, para trazar juntos una visión compartida para la Guatemala 2032, e identificar las acciones que en el corto y mediano plazo nos permitirán cocrear juntos lo que soñamos para el país.

Cada una de las cumbres ha elevado la conversación y ha activado la inteligencia colectiva de guatemaltecos que, a través de sus proyectos, ideas e influencia, están ya construyendo la Guatemala del futuro.

Reconocer el entorno y la historia del lugar ha sido tan importante como conocer a cada uno de los invitados a las cumbres. Nos ha permitido reconectar con pedacitos de nuestra tierra, poner en valor los temas a tratar y dialogar desde un entorno que también nos habla.

La primera cumbre fue entre los bosques verdes de Tecpán y nos permitió repensar el futuro de Guatemala. La segunda fue en el hermoso barranco del Parque Ciudad Nueva, el escenario perfecto para replantear nuestro concepto de Riqueza. La tercera cumbre fue en Amatitlán, en donde, con el lago como testigo, elevamos nuestra consciencia y capacidad de aporte en un tema vital para el futuro de Guatemala: el Agua y la biodiversidad. La cuarta cumbre se llevó a cabo en la Estación Transparente del Deseo, en donde, rodeados de magia y color, pusimos a los niños y las niñas al centro de todas las agendas. La quinta cumbre, sobre salud y bienestar, fue en la Reserva Natural Atitlán y nos permitió descubrir una llave poderosa para nuestra transformación profunda y sostenible.

Las cumbres han sido un espacio de inspiración y acción para conectar los puntos y fortalecer nuestro capital social; para vernos a los ojos y volver a confiar; para recargar energías e inspirarnos con el trabajo del otro y para construir puentes entre guatemaltecos con perspectivas diferentes.

' Al igual que el lago, Guatemala puede sanar si sanamos nosotros, si soltamos el miedo.

Claudia Hernández

Para mí han sido experiencias transformadoras. Además, construir una nueva narrativa me ha hecho más consciente de mi rol, de mi libertad para elegir y de mi capacidad de aportar. Desde acciones pequeñas como cambiar mis hábitos de consumo o reciclaje, hasta acciones más grandes como sumar mi voz y mis proyectos al servicio de mi comunidad y mi país.
La última cumbre en Atitlán me sacudió con fuerza para volver a lo básico. Reconocer que la transformación de Guatemala está íntimamente ligada a nuestra transformación personal.

Similar a lo que ocurre en la vida, en esta cumbre caminamos con sol y agua por puentes colgantes y veredas. Al llegar al lago hicimos una pausa para vernos a los ojos. Pude notar entonces que tanto el lago como la gran mayoría de nosotros no dejamos ver a simple vista que estamos enfermos, que necesitamos sanar, recuperar nuestro bien-estar para volver a ser lo que estamos llamados a ser. Después de vernos a los ojos y abrazarnos tal y como somos, descubrí esa llave transformadora y transmutadora que habita en cada uno de nosotros al unirnos.

Al igual que el lago, Guatemala puede sanar si sanamos nosotros, si soltamos el miedo y promovemos nuestro bien-estar integral e integrado a los otros y a nuestro entorno.

Somos uno de los países más megabiodiversos del planeta, ricos en cultura, con una población joven con el potencial de transformar el futuro del país en una generación. La llave más poderosa para pasar de lo que somos hoy a lo que podemos llegar a ser mañana es trabajar en la persona que vemos cada día en el espejo.

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