“Se decreta de plano y oficio la suspensión para que cesen los actos consistentes en la incomunicación, segregación, aislamiento, cautiverio con tormentos físicos y psicológicos, malos tratos, abuso de autoridad, tortura y lesiones que ponen en riesgo la vida”, sentenció el acuerdo del expediente 1182/2022.
La resolución es una nueva victoria judicial para Caro Quintero, el más buscado por la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, en inglés), quien el martes 2 de agosto obtuvo un amparo definitivo para evitar por tiempo indefinido su extradición a Estados Unidos.
Desde su captura en Sinaloa, en el noroeste del país, EE. UU. ha pedido su extradición de forma “inmediata” porque lo acusa del secuestro, tortura y asesinato en 1985 de Enrique “Kiki” Camarena, agente especial de la DEA, así como otros delitos.
Con este nuevo amparo, el juez ordenó “informar, en un término no mayor a veinticuatro horas” un informe detallado para responder a la denuncia del capo.
De acuerdo con el expediente, la defensa de Caro Quintero argumentó que las autoridades del penal están incurriendo en “actos fuera de juicio” que violan los artículos 16 y 22 de la Constitución que “ponen en riesgo la vida” del narcotraficante.
Fundador del Cartel de Guadalajara, Caro Quintero fue uno de los principales capos en la década de 1980 y de los primeros en enviar droga a gran escala a Estados Unidos.
Nacido el 3 de octubre de 1952 en el estado mexicano de Sinaloa, cuna de los grandes capos mexicanos, amasó una gran fortuna y fundó su cartel junto con Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, alias “Don Neto”.
La DEA ofrecía US$20 millones por su captura, la cifra más elevada ofrecida por el arresto de un fugitivo por parte de la agencia antidrogas.