Es una política que siempre busca transmitir un fervor religioso, en la mayoría de sus intervenciones siempre invoca el nombre de Dios y sus iniciativas de ley transmiten reglas estrictamente conservadoras, según analistas.
Ella es ponente de una iniciativa que buscaba reducir los controles financieros a las iglesias evangélicas, también impulsa una ley que tacha como un trastorno la identidad de género.
Pero una de sus principales acciones hasta ahora fue aprobar la Ley para la Protección de la Vida y la Familia, norma que atentaba penalmente contra mujeres víctimas de abortos accidentales, según expertos que evaluaron en su momento la norma.
Esta ley que fue impulsada por Rivera, acuerpada de su Junta Directiva y la alianza oficialista fue aprobada el 8 de marzo, en el día internacional de la mujer, pero la ley no cobró vigencia porque fue vetada por la presidencia.
Desde el 14 de enero que Rivera asumió la presidencia del Congreso a la fecha, expertos en el qué hacer político no ven cambios sustanciales en la dirección del parlamento.
De hecho lleva la misma línea que mantuvo el diputado Allan Rodríguez, expresidente del Congreso, quien en los meses del 2022 ha buscado la manera de pasar inadvertido de la vida política.
Las promesas de Vamos por una Guatemala Diferente (Vamos) en el Congreso han sido impulsar una reactivación económica y proyectos de desarrollo social, pero a la fecha siguen siendo temas pendientes.
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Coyuntura y servicio
En los casi 8 meses de Shirley Rivera al frente del Congreso no se visualiza una estrategia política de altura, incluso parece que el Pleno se mueve únicamente por las emergencias sin profundizar en los grandes problemas y necesidades sociales.
“Es un error legislar solo en el momento porque la coyuntura pasa, no se está legislando con vistas a mediano y largo plazo, si hay coyunturas que ameritan hacerlo pero no con exclusividad”, indicó María Isabel Bonilla, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).
Otro elemento que Bonilla destaca de la presidencia de Rivera es que ha sido poco publica, muchas de sus acciones y decisiones no se divulgan, “al calificar a una presidencia diríamos que ha sido un poco opaca o no tan expuesta en sus decisiones lo cual genera cuestionamientos, algunos fundados otros infundados respecto a la propia administración del Organismo que ella lidera”.
La fuente afirma que es necesario resaltar que no solamente Rivera toma la dirección del Pleno, ya que se encuentra acompañada de toda una Junta Directiva.
“No es solo ella, ella es la presidenta pero hay toda una Junta Directiva, cada diputado tiene sus propias funciones y se debe de hablar de un nivel de responsabilidad compartida”, precisó.
Pero más allá de la coyuntura, la dirección que Rivera está dando al Congreso parece estar alineada a los intereses del Organismo Ejecutivo, al menos eso ha observado Jahir Dabroy, de la Asociación en Investigación y Estudios Sociales (Asies).
“Se vio lo que ya se esperaba que es una sintonía casi perfecta con el Ejecutivo, la agenda de la presidencia ha ido caminando dentro del Congreso y no se perciben grandes cambios para este semestre”, explicó.
Incluso para Dabroy la figura presidencial del Congreso dejó por un lado uno de sus principales atribuciones que es buscar consensos de país, “queda a deber también porque se necesita de un papel bastante activo en temas de país, como por ejemplo impulsar las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, ahora ver estas reformas es casi imposible”.
Los riesgos
El tener un Congreso sin dirección no es un tema pequeño, es como ir conduciendo en carretera a alta velocidad y con los ojos vendados, así de peligroso es un Organismo de Estado sin rumbo, apuntas expertos.
Incluso con los meses que Rivera lleva en la presidencia se observa un fenómeno usual más no ideal, que es la forma en que un organismo de Estado se doblega a otro.
“Queda en evidencia que la gestión de Rivera ha sido subordinar, terminar de plegar el Congreso al Ejecutivo, esto no es nuevo y es una tendencia que se ha ido marcando que contradice el principio constitucional de la supuesta independencia que tendría que haber entre los poderes de Estado”, expone Renzo Rosal, analista político independiente.
Rosal agregó, “a medida que los presidentes del Congreso en vez de promover una agenda legislativa de conformidad con el espacio de conformación y legitimidad política que tiene un congreso lo que hacen es ser un espacio sujeto a la discrecionalidad, ideas e intereses del Ejecutivo y otros sectores que están a su alrededor”.
La figura presidencial del Congreso, a criterio de la fuente, ha ido perdiendo el brillo por el que era caracterizado porque ahora, “el congreso es un organismo para cobrar venganzas. Ahora se interpela o se llama a alguien porque no les gusta; se les quita la palabra a diputados o bancadas que disgustan o que no combinan a los intereses, la presidencia del Congreso no está hecho para eso, al contrario debería de promover un gran diálogo político que está ausente”.
Para Allan Ortiz, analista político y director del movimiento Guate Activa, la situación es bastante similar, “ha sido una dirección sin dirección, ha respondido a los intereses que se mueven dentro del Congreso, pero el problema que veo es que esos intereses que se mueven en el Legislativo no son las necesidades que tiene la ciudadanía”.
Incluso él experto destaca que todo lo que hemos visto en los últimos meses reflejan acuerdos que no van a ir de la mano con las necesidades del país, lo que refleja deficiencia política y poca visión de Estado.
“Se impulsan intereses que son productos de acuerdos políticos, económicos, sociales que vienen de elites de derecha e izquierda, pero que en realidad tienen poco que ver con las necesidades e intereses de la ciudadanía (…) la agenda legislativa es nula en términos de protección a derechos individuales, protección, no hay agenda de desarrollo ni diversificación de modelos económicos y democráticos”, puntualizó.
Sin respuesta
La semana pasada se intentó obtener una postura de la presidenta del Congreso pero no fue posible establecer la comunicación, por lo que se trasladó una serie de preguntas por medio del departamento de Comunicación Social del Congreso. La persona que recibió las interrogantes quedó de trasladarlas al área respectiva, pero no se obtuvo respuesta previo a que la presente nota fue publicada.
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