Salud y Familia

Los efectos de la competitividad positiva y negativa en el trabajo

La competencia puede sacar lo mejor de las personas, pero también, perjudicar en medida de una mala conducción emocional.

Los efectos de la competitividad positiva y negativa en el trabajo

Un líder puede sacar lo mejor de cada integrante en un grupo y fomentar así competencias sanas. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Todas las personas, sin excepción, queremos lo mejor para nuestra historia. Por ende, solemos buscar aquellas cosas que nos potencian, y que, de alguna forma, nos distinguen de los demás.

Esto podría entenderse desde la competitividad, la cual, también puede definirse como la capacidad de “colocarse en una situación de ventaja”, o bien, como “una fuerza que empuja a las personas a lograr sus objetivos”, apunta el coach ejecutivo Omar Guerra, quien señala que las personalidades competitivas son más comunes de lo que podría pensarse, ya que la condición humana siempre tiende a la supervivencia.

Aunque la necesidad de los humanos por superarse queda evidenciada en la adultez dentro de dinámicas económicas, lo cierto es que la competencia viene a ser un asunto que atraviesa muchas generaciones.

“Es algo que vemos desde los años de estudio cuando hay un abanderado o alguien que tiene las notas más altas. La recompensa que estos tienen no es solo un reconocimiento público, sino el portar banderas o tener incentivos”, ejemplifica Guerra.

No se puede negar que la dicotomía entre “los ganadores y los perdedores” siempre ha estado allí. Omar explica que la competitividad se ha asumido de manera que, si alguien gana, otro siempre debe perder. “Pero esta idea implícita en el deseo de competir solo para ganar conlleva cierto nivel de egocentrismo, de un ‘yo sobre los otros’”, agrega el coach ejecutivo.

La psicóloga clínica Inés  Zepeda explica que la competitividad “no tendría que estar ligada a verse sobre los demás”, sino concebirse como una ruta para llegar a las metas desde la competencia sana “con uno mismo”.

Competencia laboral positiva y negativa

Inés señala que la competencia puede ser positiva si las personas buscan trazarse retos que respondan a sus propósitos de vida, ya que dan respuesta a un “por qué”, y esto lleva a la satisfacción a largo plazo.

La competitividad también está muy presente en el trabajo. De acuerdo con Omar Guerra, la competitividad laboral positiva o sana puede llevar a que las empresas tengan equipos con mejores desempeños y que ejecuten labores satisfactorias con mayor frecuencia.

El especialista señala que hay ocasiones en el plano laboral donde las personas pueden ser cada vez mejores, por lo que sus jefes pueden considerar estimularles con más ingresos económicos e incluso con descansos a manera de reconocimiento.

Inés Zepeda subraya que esa competitividad resulta beneficiosa tanto para los empleadores como para los empleados, por lo que se debería prevenir que la dinámica no pierda el foco de mejora y que lleve hasta la competitividad negativa.

A decir de la psicóloga, una forma de entender ese concepto es cuando las personas entran en una aparente “guerra” por convertirse en las mejores y no contemplar los beneficios de realización personal.

“Esto sucede cuando las personas carecen de un concepto de competitividad sano y buscan verse ganadoras, aunque a los demás les vaya mal”, comparte Zepeda.

Los efectos de la competitividad positiva y negativa en el trabajo
Los proyectos de equipo donde todos puedan esforzarse son de beneficio común y crean un grado de rendición de cuentas entre los mismos miembros. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Omar Guerra opina que la competitividad negativa puede llegar cuando la necesidad “de ser mejor por encima de todos” se vuelve desmedida, enfermiza y tóxica. Esto puede crear ambientes hostiles donde más allá de promoverse el desempeño y la realización, se incremente el conformismo.

Transformar la competencia negativa

Los especialistas coinciden en cuanto a que si hay una persona que compite de forma negativa en el trabajo, es necesario fomentar una charla clara donde se pueda apelar a su conciencia, exponiéndole que su actitud es nociva.

Por otro lado, para que las personas puedan saber si son competidoras negativas y nocivas, es importante identificar qué sienten cuando otra persona tiene un logro. Es pertinente descubrir si se siente triste, frustrada, enojada; o si provoca una comparación.

También se debe entender qué es lo que se desea alcanzar con las metas y con los logros. Se puede preguntar ¿Es algo que se hace por el propio desarrollo o para demostrarle a otras personas que se es mejor?

Los efectos de la competitividad positiva y negativa en el trabajo
La competitividad se ha asumido de manera que, si alguien gana, otro siempre debe perder. No obstante, esta idea puede ser dañina. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Una forma básica de encontrarle más sentido a la competitividad tiene que ver con la dimensión de los propósitos. La psicóloga Inés recomienda que las personas se planteen metas pequeñas para responder posteriormente a unas más grandes y así lograr una satisfacción.

En el plano laboral, las empresas también juegan un papel importante en el fomento de las creencias sobre la competitividad.

A decir de Omar Guerra, es necesario que ante todo proyecto los empleadores ayuden a reducir los aspectos negativos de la competitividad negativa al estar atentos de las reacciones en los integrantes de sus equipos.

“Si notan que hay más niveles de frustración, es necesario garantizar la equidad y reducir componentes competitivos desde la compensación”, recomienda el coach.

Los efectos de la competitividad positiva y negativa en el trabajo
Es necesario entender si las metas se buscan por el propio desarrollo o para demostrarle a otras personas que se es mejor. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Omar señala que este tipo de compensaciones se pueden lograr desde un sistema en que se atiendan los logros del equipo con la idea que todos puedan esforzarse, ya que el beneficio será común, y esto creará un grado de rendición de cuentas entre los mismos miembros del equipo.

Inés Zepeda añade que otras acciones para fomentar el mejor desempeño entre los miembros puede ser darles retroalimentación constantemente, para que sepan en qué deben mejorar y en qué son buenos. También se debe evitar la comparación entre los integrantes.

Asimismo, añade que la comunicación es vital en todo equipo. Esto ayudará incluso a conocer de la vida personal de los trabajadores sin ánimos de ser entrometidos. La idea es estar atentos a ellos, ya que les puede motivar a saber que son vistos como ‘alguien’ y no solo como un agente de producción”, comparte Zepeda.

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