Gabriel Corrales, director general de APM Terminals, y Francisco Anleu gerente general de la Empresa Portuaria Quetzal (EPQ) en Escuintla, dieron a conocer la situación actual en el manejo de las mercancías en ese puerto, que es la entrada de las rutas marítimas con Asia y la conexión con otros puertos de Estados Unidos y México por las aguas del Pacífico.
De enero a julio último el movimiento de carga en la EPQ reporta una tasa de crecimiento del 7% respecto al mismo período del año pasado, impulsada por graneles, cemento, mercadería contenerizada y granel líquido.
Retrasos y más
“Hay demanda de los servicios portuarios”, expresó Corrales, y a nivel general, la carga del tráfico transpacífico -que son los productos que vienen de Asia-, tiende a normalizarse, pero no hay un buen panorama para los puertos de Centroamérica, ya que, en el puerto de Manzanillo en México, los barcos siguen congestionados y eso impacta a otras terminales hacia el sur, ya que represan carga, atrasan los buques y ponen en jaque la capacidad portuaria de los puertos no solo de Guatemala, sino en los demás del Pacífico latinoamericano, puntualizó Corrales.
Comentó que la congestión portuaria, se ha mudado a los puertos del Pacifico de México, mientras los puertos de Estados Unidos en la Costa Oeste están trabajando con normalidad, y han disminuido sustancialmente los tiempos de espera, como sucede en el Puerto de Los Ángeles.
Sin embargo, aclaró que los problemas registrados hace un año en la Costa Oeste de EE. UU., ahora se trasladaron la Costa Este, sobre todo en los puertos de Nueva York, Alabama, Elizabeth, que incluso impactan en las terminales del Golfo de México.
“Nos preocupa en Guatemala que las congestiones y los problemas portuarios de México impacten los ritmos de llegada de carga en contenedores. Ahí hay situaciones de capacidad, problemas de seguridad y de coordinación entre autoridades y son los retos que impactan a las navieras”, precisó el ejecutivo.
Los puertos de México reciben carga que proviene de Asia -particularmente de la República Popular de China- y desde ahí se distribuye hacia EPQ, Acajutla en El Salvador, Balboa en Panamá, Buenaventura en Colombia, Callao en Perú y algunos llegan hasta San Antonio, Chile, y se regresan.
Pero al existir una demora en México, hay un retraso en todos los puertos, y, por ejemplo, si otro buque ya llegó, hay que esperar o transportar menos carga.
Corrales dio a conocer que por lo menos, hay cuatro días por recalada, lo que está aumentando; pero otro problema grave es que las líneas marítimas, al observar los retrasos en México, empiezan a “omitir” los puertos siguientes -ya no tienen tiempo de llegar a determinado puerto y se omite y luego se despacha la carga por otros mecanismos- impactando a los importadores nacionales, por las demoras.
Plan de omisiones
Al preguntarle al gerente de EPQ específicamente sobre el tema de contenedores, respondió que como reflejo de la situación de los puertos en China (han estado en constante cierre y restricción intermitente de operaciones debido a la pandemia), se generó una importante congestión en los principales puertos del Pacífico tanto en EE.UU., (Los Angeles, Long Beach, Hueneme) y en México (Manzanillo y Lázaro Cárdenas, principalmente).
Eso, conjugado con algunas huelgas en puertos de Europa, ha ocasionado una caída importante de la demanda de espacios y contenedores a nivel global. “Es por ello que actualmente observamos una leve estabilización de los fletes internacionales”.
Anleu declaró que al monitorear la industria marítima internacional y el sistema portuario regional, se ha logrado identificar que algunas líneas navieras ya están implementando nuevamente el plan global de Black-Sailings (Plan Internacional de Omisiones) con lo cual se estima que habrá nuevamente un reajuste internacional en las escalas de los principales servicios marítimos regionales a puertos principales, y un aumento de la utilización de puertos de transbordo (secundarios) “con lo cual estimamos poder estar jugando nuevamente el último trimestre del 2022, un papel fundamental como EPQ en apoyo a la continuidad de la cadena de suministro internacional y el comercio exterior”.
El directivo, informó que la atención a los buques graneleros o servicios chárter dentro de la zona de abrigo de Puerto Quetzal se encuentra normal, y expresó que la mal llamada crisis que existió en meses anteriores se derivó de los factores externos indicados anteriormente y que conllevó a el arribo de buques en grupo, como se pudo apreciar en todo el mundo y ahora, en puertos de México y Estados Unidos.
Expectativa de cierre
Ambos ejecutivos consideraron que hay buenas expectativas de movimiento de carga para 2022, en medio del contexto actual.
El gerente de EPQ aseguró que las expectativas de cierre es que se regrese a índices de crecimiento interanual prepandemia. Es decir, entre el 5% y el 7% de carga, como resultado de un plan estratégico comercial para la captación de nuevos servicios marítimos. Para 2023, la proyección en operaciones y tráfico de crecimiento inicial está en un rango del 3% al 5%.
Dentro del sistema portuario nacional, EPQ es la terminal que anualmente registra mayor movimiento de carga.
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