PLUMA INVITADA
La educación es el único camino al desarrollo
El desarrollo de un país se podría medir por su infraestructura vial, por la eficiencia de su sistema de salud, por su nivel de desarrollo tecnológico… Sin embargo, la manera más efectiva de medirlo es a través de su sistema educativo. Todos los gobiernos tienen la obligación de ofrecer una educación a su población. La diferencia entre desarrollo y subdesarrollo estriba principalmente en la calidad de la educación que ofrecen.
Existe una relación directa entre la inversión que un país realiza en educación y el ingreso per cápita de sus habitantes. Una gráfica mostrando el ingreso per cápita de la población como resultado de la inversión gubernamental en educación es muy clara y el resultado es una recta netamente ascendente. No cabe la menor duda de que una población educada puede proveer un mejor sustento y futuro a su familia, además de contribuir de manera positiva al desarrollo económico y social del país.
Al observar el porcentaje del PIB invertido por los diferentes gobiernos de Centroamérica, vemos que Guatemala es el país con la más baja inversión educativa. Por increíble que parezca, para el 2020 Belice es el país del istmo que más invierte en educación con 7.5% de su PIB2020 y se coloca en el lugar 8 del ranquin mundial. Costa Rica invierte el 6.7% y ocupa el lugar 10. En comparación, Guatemala invierte el 3.3% de su PIB y ocupa el lugar 73 detrás de Honduras (12), Nicaragua (33) y Panamá (52). Aquí hay una respuesta a por qué Costa Rica atrae más inversión y turismo que Guatemala.
El porcentaje del PIB nacional que el gobierno destina a la educación no lo es todo. La erogación gubernamental puede ser una inversión si contribuye a la mejora de la calidad educativa, promoviendo el libre pensamiento crítico en todos los estudiantes. Al ser una inversión, siempre obtiene resultados positivos que se representan la mejora económica y cultural de todos. Sin embargo, si solo es un gasto cuando el presupuesto educativo se destina mayoritariamente al funcionamiento de la burocracia. Esta última situación nos condena al subdesarrollo y a padecer problemas coyunturales de difícil solución como la desnutrición, la pobreza extrema y la corrupción generalizada.
' Cuando una población es educada, se vuelve activa, crítica.
Carlos R. Paredes
Cuando una población es educada, se vuelve activa, crítica. Se generan ideas que resultan en emprendimientos individuales y colectivos e invariablemente logra un desarrollo personal y nacional. Si Guatemala logra dar el salto cuántico de realmente invertir un importante porcentaje de su PIB en un sistema educativo moderno y eficiente, se marcaría el definitivo inicio de la ruta hacia el desarrollo nacional. Es importante que sea realmente “inversión educativa” (infraestructura, tecnología, capacitación de maestros…) y no solo un gasto que no trae ningún beneficio a la población o al país. No olvidemos que proveer de una excelente educación y de una buena salud son obligación del Estado.
Por ello es muy importante conocer las intenciones de los futuros candidatos y apoyar solo a aquellos que, genuinamente, buscan la mejora del país. Debemos rechazar a todos aquellos que únicamente buscan el benéfico individual personal y de su grupo a través de la corrupción. Durante décadas nos han mantenido rezagados gracias a un sistema educativo anticuado que ha permitido a las autoridades manipular a la población. Cuando logremos una ciudadanía educada podremos combatir la desinformación, las ideologías políticas que anulan a las personas a través de una tiranía de la igualdad y la corrupción. Sin embargo, es precisamente la facilidad de manipulación que los políticos buscan mantener a la población en la ignorancia.