En los hogares se tendrán horas pico y minutos heroicos, para ir formándose como padres y también a los hijos; cualquiera que sea el momento y la circunstancia se debe evitar gritar y/o gesticular como que fuera el fin del mundo; cada momento tiene su propio afán.
Todos los hogares necesitan tener normas mínimas para que sean un hogar y no una institución; se necesitan metas concretas y consecuencias ante la desobediencia, ya que en donde falta la obediencia, también hace falta confianza. Los niños manifiestan berrinches cuando les está siendo difícil regular sus emociones o demandas que hace el medio de ellos, el orden, la sinceridad y la obediencia no pueden manifestarse y se miran insatisfechos, por lo que no pueden gozar de su autorrealización personal.
Los padres de hoy deben tener claro que su rol, en la edad temprana, es enseñarles a hablar y caminar como motores del aprendizaje. El lenguaje es el motor del cerebro, controla la mayor parte de los procesos cognitivos. Por ende, el autocontrol deberá enseñarse y regularse en los primeros seis años de vida. La primera etapa de vida es para autorregular los procesos del lenguaje, juego y autorrealización personal.
Como padres deberán tener claras sus principales herramientas no necesariamente materiales, como los incentivos y refuerzos del esfuerzo, no esperar a que los hijos hagan las cosas por inercia o las dejen de hacer por aburrimiento. Se debe compartir con ellos el gusto por el bien, aunque no se desee vivir o hacer, eso es educar el carácter.
El trabajo educativo del padre y la madre no lo puede suplir nadie, en las edades tempranas se necesitan padres activos, que hablen a sus hijos y no de ellos con sus familiares y amigos. Sus hijos para existir deben socializar hablando y moviéndose para descubrir con sus padres.
Para estimular su lenguaje es necesario hablarles, aprovechando todas las oportunidades, contarles lo que se hace ordinariamente, ellos lo preguntan todo. Otra actividad para estimular el lenguaje es leerles; si se les sienta en las piernas o están al lado de los padres, además de una lectura agradable, será un momento afectivo.
En las edades tempranas los niños aprenden descubriendo, jugando y practicando. El ensayo y error es parte del diario vivir y, por lo tanto, deberán tener a la vista que los incidentes, accidentes o malas experiencias con paciencia y templanza siempre tendrán un bien menor para el niño que está aprendiendo.
Los niños en la actualidad necesitan padres versátiles que estimulen sus procesos de adaptación al cambio en el ámbito social, educativo y/o familiar, debido el ritmo tan acelerado de la modernidad.
Familia
Carol de Enríquez, directora Colegio APDE La Villa
Los padres son insustituibles.