El funcionario inició labores en 1981 en Tesorería, contando dinero. Ocupó diversos cargos hasta llegar a la presidencia del Banguat, acumulando 40 años de carrera en la institución. Esta es parte de la conversación que sostuvo con Prensa Libre.
¿Cómo deja la economía?
La economía guatemalteca queda en una posición particular, sólida, muy buena y reconocida por los organismos financieros internacionales como el FMI, y en los cuales hay pronunciamientos sobre el comportamiento de la formulación y ejecución de la política monetaria, cambiaria, y crediticia y la política fiscal entre otros.
Las calificadoras de riesgo, más cercanamente las tres firmas, mejoraron el Outlook, no es casualidad y las tres compañías han expresado la resiliencia de la economía, que deviene de una política monetaria y fiscal de una manera conservadora. No se ha dado ningún vaivén y esto de alguna manera se ha reconocido un sector muy fuerte como un nivel de Reservas Monetarias Internacionales, que al final se convierte en un seguro para la economía ante shocks de carácter exógeno.
También se ha reconocido un bajo endeudamiento con relación al PIB y se debe a una política fiscal prudente, en los cuales es conveniente no tener déficits fiscales arriba del 2%, que es lo que se ha seguido en términos generales.
Dejamos un sector externo fortalecido, como el comportamiento de las exportaciones, y en las importaciones no solo de consumo, sino las de capital, bienes intermedios, el comportamiento de las remesas positivo, y se ha trabajado en la estrategia de inclusión financiera para tratar de hacer más productivas las transferencias que vienen para ahorro e inversión.
¿Y con el tipo de cambio?
Lo dejamos estable, no hemos visto grandes fluctuaciones y hay una leve tendencia al alza en las últimas tres semanas, y dentro de todo normal, no hay fugas de capitales y esto deviene de la política monetaria y como se ha manejado la tasa de interés.
Hablando sobre las tasas de interés, han sido históricamente bajas, a niveles bajos, y claro, van a empezar a subir por un fenómeno externo.
¿Cuál fueron las situaciones más difíciles?
Nos tocó vivir la pandemia, una crisis no vista, comparada con un evento como la Segunda Guerra Mundial en términos económicos y el Banguat respondió rápido, y se evitó cualquier contagio al sistema financiero. En conjunto con la política de Gobierno, se logró mitigar el impacto negativo, y finalmente con una caída del -1.8% del PIB.
En 2021 se tuvo un crecimiento del 8%, derivado de la política económica implementada, y dentro de ello, el papel que jugó la banca central.
Este año viene el conflicto entre Rusia y Ucrania, también un fenómeno negativo en el contexto de la economía mundial, y Guatemala ha salido bien librada, y hemos visto que la economía mundial, ha sido revisada a la baja, y mantenemos la estimación con base a los indicadores de corto plazo con un escenario base del 4%.
El Banguat no soy yo, y somos parte de un equipo económico de alto nivel y que venimos de carrera en la institución.
¿Cómo será la economía para Guatemala en 2023?
Con base en los indicadores de corto plazo, y las previsiones de la economía mundial se tiene una desaceleración respecto al 2022. Hay un escenario base de 3.5%, que sería una desaceleración con respecto al 2022, en buena parte de lo que está sucediendo con los socios comerciales que también tendrán una caída importante como EE UU., y Centroamérica, donde son a los países en los cuales se exporta.
Dentro de todo, un crecimiento del 3.5%, es bueno siendo en un año electoral donde también se genera incertidumbre en la economía interna, como en cualquier país del mundo: un año electoral genera expectativa de quién va a quedar o que partido, y todo eso provoca cierta incertidumbre.
Guatemala estaría retomando a los crecimientos de la última década en promedio en 3.5%, y se tiene un rango de 2.5 a 4.5% y dependerá de que se vayan manejando ciertos riesgos.
Las previsiones para el crecimiento de las remesas son positivas, entre 7 al 8%, exportaciones 7%, importaciones 8%, crédito al sector privado 9%, y en general vemos para 2023 una economía buena.
El panorama internacional es incierto, lamentablemente el conflicto Rusia y Ucrania no se ha resuelto, y en el tema del covid-19 se están observando tasas muy bajas, no hay restricciones y eso impacta favorablemente la economía.
Lo único es la inflación, que hemos visto que se ha acelerado en los últimos cuatro meses sobre todo la intermensual, pero definitivamente es una inflación importada del 73%, por el precio del petróleo y los alimentos.
Para este año cerrará en 8.75% y el 2023 va a regresar al 5% ya dentro de la meta, pero definitivamente es un tema que está ajeno a la economía de Guatemala. No obstante, la Junta Monetaria ha reaccionado con cuatro veces de los cuales tres de ellos de 0.25 puntos básicos y uno 0.50 puntos básicos, esto precisamente para contener esas presiones inflacionarias, pero sin afectar en demasía el crecimiento económico.
En su período se controló la inflación, pero ahora se hizo difícil de controlar, ¿qué pasó?
Es un tema ajeno a la gestión interna de Guatemala, reitero que el tema inflacionario está impactado por el conflicto Rusia-Ucrania, y todavía los rezagos de la pandemia. Hemos visto precios del petróleo en US$125 el barril, no se había visto durante muchos años, y actualmente está más bajo, pero han impactado los precios, no solo los derivados del petróleo, sino el transporte, que tiene otros impactos en otras divisiones de gasto.
Lo que se ha tratado es anclar las expectativas de inflación, hemos tenido éxito en ir conteniendo esas presiones inflacionarias, con haber elevado la tasa líder de interés en lo que va del año.
En lo que compete a la gestión en el Banguat, hemos hecho lo que tenemos que hacer, y los resultados positivos en términos de crecimiento económico, y la inflación que va a converger en 2023 a la meta.
Son cosas no previstas, y si no hubiera existido el conflicto en 2021 cerramos con una inflación de 3.07%, debajo de la meta, y el mandato durante la gestión ha sido exitoso.
Ante el contexto internacional y local, ¿cuáles fueron los cambios observados en la economía?
Hubo cambios importantes, y la pandemia dejó lecciones, una fue que los sistemas de salud en Latinoamérica tienen muchas falencias, pero a raíz de esto se han fortalecido a nivel de gasto, y ha habido más recursos para el Ministerio de Salud.
Un cambio importante, es en el tema tecnológico, y es necesario reforzar toda la tecnología en el país; las clases y las reuniones fueron virtuales las cuales no se habían visto en el país, y ahora hay temas híbridos.
En economías pequeñas y en desarrollo como la de Guatemala, tenemos que avanzar en la parte de comunicación virtual, tecnología, internet y bandas hinchas que permitan trabajar en rapidez desde casa, y muchas empresas han preferido que sus empleados hagan teletrabajo por el tema de costos, eso favorece el tránsito, costos en electricidad, y es un cambio estructural que se deja a escala mundial.
En el caso de Guatemala, y aprovechando el nearshoring los países vieron es favorable mantener comercio con socios que estén situados más cercanamente y Guatemala ha sido favorecido por este fenómeno y se está muy cerca con EE. UU., la desglobalización, que tiene que ser gradual.
Son los grandes temas que ha dejado la pandemia, y en la política monetaria, cambiaria y crediticia, se absorbió gran experiencia en la crisis financiera en 2008 y eso permitió responder de manera inmediata apertura de ventanilla de liquidez en dólares y quetzales disponibles para los bancos del sistema y sirvió de puente para que no se experimentarán problemas.
Esto coadyuvó a que no se contagiara el sistema financiero por la crisis sanitaria, un tipo de cambio estable en la pandemia y en el conflicto Rusia-Ucrania, y eso deviene del mecanismo conocido y transparente en el mercado cambiario.
¿Cuándo se normalizará la economía y terminar la pandemia?
Escuchamos recientemente que el presidente Joe Biden anuncia la finalización de la pandemia en EE. UU., pero luego se desmintió el tema, pero en ese país, se pudo observar el no uso de las mascarillas, en los aviones, aeropuerto y transporte público que es voluntario; teniendo una buena parte de la población mundial vacunada, esta está relativamente pronto, pero habría que consultar a los expertos, pero en términos económicos, las restricciones de movilidad ya no hay, y habría que ver que dice la Organización Mundial de Salud, pero se supone que el otro año terminada la pandemia.
¿Se podría prever algún escenario de crisis para 2023, como la del 2008?
No, y consideramos que no, porque la expectativa que el conflicto Rusia-Ucrania pueda finalizar este año, y ojalá que así sea; al finalizar eso se esperaría que el precio del petróleo, las cadenas de suministro, el precio de los alimentos sobre todo el trigo y maíz vuelvan a sus niveles normales, y la inflación poco a poco vaya bajando porque los bancos centrales han venido reaccionando, y el otro año la inflación se va a desacelerar mundial y local.
No vemos en el horizonte algún fenómeno que se esté gestando, y que vaya una crisis, pero obviamente de poner el ojo puesto en el cambio climático, temas medio ambientales, pero se esperaría retomar a condiciones más normales, y que se tenga una senda económica más fuerte.
Para el caso de Guatemala es un año electoral, incertidumbre y no ven posibilidades de cambios extremos desde el punto de vista de posicionamiento político. En conclusión, no se ve un escenario de crisis 2023.
Hablemos de algunos indicares claves que se podrían observarse en 2023
La inflación en 2023 la expectativa es que retorne al nivel meta del 4 más/menos 1%; en términos de crecimiento económico un valor del 3.5% que es el PIB potencial de Guatemala; las remesas se normalizarán que en términos absolutos llegarán a casi US$19 mil millones; sector externo, las expectativas de las exportaciones positivas con incrementos de precios y volumen.
Si las presiones inflaciones se contienen, creo que la postura de la política monetaria este año debería continuar aumentando la tasa líder de interés, hasta que se logre contener datos de inflación más bajo.
En el tipo de cambio, no hay factores que vayan a impactar sus determinantes, y se estará conformando por la oferta y demanda del mercado, y la banca central estará participando.
En todo esto, es importante que el nuevo presidente del Banguat se deje tomar en cuenta la opinión de los cuerpos técnicos, sobre todo si es una persona que viene fuera de la institución, ya que son personas sólidamente formadas, capacitados y tienen la experiencia del caso, y si eso se mantiene la economía se mantendrá en una senda positiva.
¿Qué es lo que deja pendiente?
Dejo un banco central más fortalecido del que encontré, las autoridades anteriores hicieron un buen papel, y dejaron una institución más fortalecida. Es un proceso que se ha venido haciendo; recuerde al licenciado Julio Suárez como expresidente de carrera, él continuo la gestión del licenciado Édgar Barquín, y él la de la licenciada Maria Antonieta de Bonilla, y yo continué con muchos de esos proyectos.
Se deja un mejor banco central, y esperemos que el próximo presidente continúe, y cuando deba entregar, deje un mejor banco central.
Se avanzó y se terminó el tema del cambio de año base de cuentas nacionales (para medir la economía), que se llevó casi cinco años, se fortalecieron los modelos macroeconómicos que sirven para similares situaciones económicas, formular política monetaria y se trabajó mucho en fortalecer estadísticas, balanza de pagos, financieras, y se pasó a los últimos manuales que recomiendan de organismos financieros internacionales.
¿A qué se va a dedicar?
Efectivamente hemos platicado con representantes de algunos organismos financieros locales e internacionales, en los cuales hay interés, siempre ligados al sistema financiero.
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