En la actualidad se observa pobreza, hambre, desigualdad, consumismo y muchas crisis más. Al analizar este asunto sin tocar las teorías económicas, ciencias sociales, política u otras disciplinas que tratan de explicar y dar respuesta a estos temas desde un punto de vista teórico o científico, estaremos dándonos la oportunidad de seguir otro camino que puede contener la solución a estos problemas, la cual ya ha sido planteada por otros eruditos o maestros como Buda, Jesús, Lao Tse, Jiddu Krishnamurti, Eckhart Tolle entre otros, quienes nos invitan a conocernos a nosotros mismos, hacer un cambio personal y vivir la experiencia del momento presente con el propósito de ir a nuestro interior para descubrir el origen del caos, me refiero al ego, el cual corrompe la esencia del ser humano con la seducción de pensamientos y sentimientos, además envuelve al hombre con creencias, patrones de conducta o condicionamientos mentales que lo impulsan a darle forma a la realidad e interpretar los acontecimientos que pasan a su alrededor.
A través de estas artimañas el ego se esconde para no ser visto, estrategia que aleja al ser humano de la búsqueda interior en donde está la libertad.
La llama de la fraternidad se está apagando en el mundo porque el ego nos aleja del valor de considerarnos todos hermanos, ser solidarios, amarnos unos a otros y respetarnos.
La fraternidad se pierde porque hemos cambiado lo siguiente:
- La felicidad de la vida por el negocio de la felicidad.
- La tranquilidad de vivir por el dinero que da la tranquilidad.
- El compartir los recursos del mundo por la riqueza que puedo sacar de los recursos del mundo.
- Vivir con lo que la vida da por acaparar todo lo que da la vida.
- Compartir por tener.
- Paz por conquista.
- Unidad por poder.
- Amor por miedo.
Todas estas frases representan al ego en su máxima expresión.
¿Es este el camino que debe seguir la humanidad? O es momento de cambiar.
Lo triste de la realidad que vive el mundo es que la sed de transformación personal es mínima y para muchos no es una opción, mientras que el elixir del ego es apetecido.
Hagamos un alto en nuestras vidas para reflexionar sobre nuestro actuar, no para crear nuevas normas, políticas o teorías económicas, sino más bien para cambiar nuestro interior en amor y fraternidad.
Cambio personal
Andre Armas
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