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Lula da Silva: la romántica historia de amor entre el presidente electo de Brasil y Janja, su tercera esposa y próxima primera dama

El vestido de novia que usó la socióloga Rosângela da Silva para casarse con Luiz Inácio Lula da Silva en mayo de este año fue decorado por bordadoras de Timbaúba dos Batistas, en el noreste de Brasil.

Lula da Silva y Janja se conocían desde la década de 1990, pero fue recién cuando él cayó preso que comenzó la relación amorosa.

Lula da Silva y Janja se conocían desde la década de 1990, pero fue recién cuando él cayó preso que comenzó la relación amorosa.

Esa región, bastión del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, fue la temática de la fiesta: cactus bajo un cielo iluminado por la luna.

Y en todo el vestido había estrellas geométricas idénticas a la estrella del partido, aunque todas blancas. De rojo, solo las rosas del ramo y de la solapa del novio, que vestía un traje azul.

Activista histórica del PT, la socióloga Rosângela da Silva -apodada Janja– era militante del partido desde mucho antes de conocer a Lula: ingresó a los 17 años, en 1983, y tiempo después pasó a trabajar en la dirección del PT en la Asamblea Legislativa del estado de Paraná.

Conoció en persona a su actual esposo a mediados de la década de 1990, cuando era una recién graduada en ciencias sociales, mientras que Lula ya se había postulado para presidente y estaba viajando por Brasil para interiorizarse en la realidad del país.

El noviazgo, sin embargo, se dio décadas después, cuando Lula ya era viudo de su segunda esposa, Marisa Letícia, fallecida en febrero de 2017.

Lula sostiene la bandera de Brasil junto a Janja.
Ricardo Stuckert
Janja, 21 años menor que Lula, de 77, ayudó a traer la idea de salud y juventud a su campaña política.

La relación recién se confirmó públicamente en noviembre de 2019, cuando el expresidente salió de la cárcel en Curitiba después de estar 580 días encerrado.

La liberación se produjo después de que el Supremo Tribunal Federal dictaminara que es ilegal cumplir condena antes del agotamiento de los recursos.

Posteriormente, las condenas contra Lula fueron anuladas por la corte.

Lula, con los puños en alto en señal de victoria, abraza a Janja tras ser liberado de la cárcel.
Reuters
El noviazgo con Janja se hizo público en 2019, cuando Lula recuperó la libertad.

Los dos aún no estaban casados, pero Janja figuraba como “familia” en la lista de personas autorizadas a visitar a Lula mientras estaba preso. Y ella iba todos los días, contó Lula después.

“Ella vivía en Curitiba y me llevaba un poco de comida todas las noches. No me dejaba mandar mi ropa a lavar, la quería lavar en su casa”, dijo el expresidente en una entrevista en 2021.

Boa noite com essa lua cheia no Ceará!

Foto: Ricardo Stuckert pic.twitter.com/DX72mcXrKu

— Janja Lula Silva (@JanjaLula) August 23, 2021

“Cuando salí, pensé: ‘No hay caso, creo que realmente me voy a tener que casar con la niña‘”. De 56 años, Janja tiene 21 años menos que Lula.

En las fotos del expresidente saliendo de la sede de la Policía Federal en 2019, Janja apareció por primera vez públicamente a su lado. Y ya no se apartó.

Los dos se mudaron a un apartamento en el Gran São Paulo y la socióloga comenzó no solo a aparecer en las fotos sino en actos políticos, en los viajes, en reuniones estratégicas del PT y en la precampaña presidencial.

Lula comenzó a mencionar con frecuencia a su esposa, cuya juventud respecto al ahora presidente electo ayudó a traer la idea de salud y jovialidad a la campaña del PT.

El expresidente se describió varias veces como “un hombre enamorado” y dijo más de una vez durante la pandemia que, a pesar de su edad, tenía “la energía de los 30” años.

“¿Vieron a esta joven que cantaba? Es mi esposa. Esta joven… Me enamoré más de ella cuando estaba en prisión“, dijo Lula en un acto en Minas Gerais en septiembre.

“Ella y yo nos escribimos 580 cartas. Todos los días yo le enviaba una carta y todos los días ella me enviaba una carta”, agregó.

Las cartas se intercambiaban a través de amigos que visitaban al político en prisión; a veces, a través de ellos, Lula enviaba flores con las cartas a Janja.

Varias veces la socióloga hizo publicaciones románticas con fotos de las flores en Instagram, aunque sin mencionar quién era su admirador ya que el noviazgo aún no era público.

Rosângela da Silva con una flor
Getty Images
Las cartas de Lula llegaban con flores.

Durante la pandemia, más por deseo de ella que de él, dice un amigo de la pareja, se mudaron a una casa alquilada en Alto de Pinheiros, un barrio de lujo en São Paulo.

Futura primera dama

Vestida de novia, Janja besa a Lula, que la abraza por la espalda.
Ricardo Stuckert
El casamiento se hizo en mayo de este año.

El bienestar animal es uno de los temas importantes para la futura primera dama, quien además está preocupada por la protección ambiental, está especializada en gestión social y desarrollo sostenible y ha trabajado en ese campo.

Otro tema relevante para Janja es la protección de menores y la lucha contra la explotación sexual de niños y adolescentes. Es por ello que participa en campañas a favor de los derechos de los menores de edad.

Luiz Inácio Lula da Silva y Rosângela da Silva
Ricardo Stuckert

La socióloga, sin embargo, ha dicho que quiere “resignificar el rol de primera dama”, históricamente ligado a la idea del trabajo de cuidados.

“Trabajemos para convertirnos en la primera dama que estaban esperando”, escribió en Instagram en agosto. “Y vamos a intentar redefinir este concepto de primera dama”, dijo, sin dar detalles.

Janja se considera feminista y en un evento junto a Lula afirmó que no pretende ser la “ayudante” de su esposo, en referencia al discurso de la actual primera dama, Michelle Bolsonaro, quien dijo en septiembre en un acto con su esposo que “la mujer es una ayudante del marido”.

“No te voy a ayudar, no voy a ser una ayudante. Voy a estar a tu lado, juntos, luchando, para que podamos darle a Brasil nuevamente la esperanza que el pueblo merece”, dijo Janja.

Bela Gil y Janja da Silva
Instagram
Janja se ha involucrado en la organización de eventos con artistas en apoyo a Lula.

A menudo le preguntan a Lula por su esposa y, aunque no rehuye decir lo enamorado que está, evita hablar de cómo es ella o de su personalidad.

“Realmente no me gusta hablar de Janja porque ella puede hablar de sí misma”, dijo el presidente este año, mostrando la influencia del feminismo de su esposa.

El presidente electo ha admitido que en su segundo matrimonio, con Marisa Letícia, todavía tenía una “cultura machista, de obrero de fábrica, que pensaba que la mujer tenía que cocinar la comida cuando yo llegaba” y que eso cambió a lo largo de los años.

“Estoy ahora con Janja, que está muy politizada, tiene buena cabeza política y es muy feminista”, dijo Lula en una conversación con el cantante Mano Brown en su podcast “Mano a Mano”.


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