Arjona ya se ha presentado en varios países de Europa, América del Sur y Norteamérica, con casi 100 presentaciones. La discográfica Metamorfosis indicó que hasta el momento es la gira más sólida en curso.
Ricardo Arjona como parte de su gira Blanco y Negro Tour , se presentó en Honduras, el martes 15 de noviembre en el Estadio Francisco Morazán en San Pedro Sula.
Durante una velada de dos horas, interpretó sus éxitos y sorprendió a los asistentes con un espectáculo con animaciones visuales.
Sin embargo, hubo un momento que causó emoción.
En el show, Arjona interpretó Señora de las cuatro décadas, un tema musical que ha marcado sus conciertos, no solo por ser un tema emblemático del cantante, sino por la dinámica que acostubre hacer con el público: cantarle a una mujer parte de la canción.
Emotiva (segunda) dedicación
Durante el concierto en Honduras, Arjona volvió hacer la dedicatoria durante el tema Señora de las cuatro décadas. La afortunada fue Anabella Reyes, guatemalteca que tiene vínculos curiosos con la canción y con el cantautor guatemalteca.
Anabella es la primera mujer a quien Arjona dedicó la canción durante un concierto. Casi 20 años después, la guatemalteca volvió a ser “la señora de las cuatro décadas”, pero esta vez a través de una videollamada desde Honduras.
Por medio de la videollamada, Arjona tomó un teléfono celular del público y saludó a la mujer, diciendo: “Mi amor, pero porqué estás llorando, Anabella”.
Con teléfono en mano el cantante se dirigió al saxofonista y se lo presentó, afirmando que para ella y para todas las “señoras de cuatro décadas” iba dirigido el icónico “¡Señora!”.
Anabella compartió que en cada show sus amigos están en las primeras filas y hacen videollamadas para compartir algunas canciones. Una de sus amigas en San Pedro Sula, la llamó y pensó que sería únicamente el video de una canción.
Sin embargo, se dio cuenta que era Ricardo Arjona. “No supe qué decir, solo me puse a llorar, han sido tantos años de seguirle la pista, de ser fan y de contar con la unión de amigos a través de su música”, agregó.
La primera vez
Arjona, durante un concierto en el Teatro Nacional de Guatemala, hoy conocida como la Gran Sala Efraín Recinos, en 2003 le dedicó por primera vez la icónica canción “Señora de las cuatro décadas” a una mujer.
Durante ese concierto, fue Anabella Reyes la primera mujer a quien Ricardo Arjona le dedicó esta canción. Ella es una admiradora del cantante que se encontraba en el concierto y fue la elegida para iniciar con la tradición.
Justo a la mitad del tema Arjona le pidió al saxofonista de esa gira que lo acompañara a la zona del público y al descender del escenario se dirigieron justo a donde estaba Anabella. El guatemalteco la tomó de la mano y le cantó parte de la canción.
La noticia publicada en Prensa Libre en 2003 relató: “Señora de las cuatro décadas fue dedicada a la dama de rojo, y ella tras el cumplido casi se desmaya”.
Luego de esto se volvió una tradición cantarle a una mujer la canción durante su concierto en las distintas partes del mundo, en el cual muchas mujeres han subido al escenario para recibir la dedicatoria o bien, por medio de videollamada han sido complacidas.
“Reviví lo que pasó en Guatemala hace años cuando me la dedicó en un concierto, pero la videollamada sí me sorprendió ” afirmó Reyes.
Anabella indicó que sigue siendo una gran admiradora y seguidora del cantante, por lo que continúa siendo parte del club de fans.
El tema musical está dirigido a las mujeres que se encuentran entre los 40 y 49 años, en el que describe su admiración por su juventud, experiencia y la huella que deja en cualquier lugar.
La canción presenta el sentimiento de muchas mujeres que se encuentran en una etapa que según Arjona anhelan regresar a los 30, pero él les insiste que no le quitan años a su vida “Con sus cuarenta y tantos encima, deja huellas por donde camina”, afirma en una estrofa de la canción.
En el estribillo la canción resalta “Señora, no le quite años a su vida, póngale vida a los años, que es mejor”. Las icónicas palabras que el guatemalteco acostumbra a dedicar a una mujer durante sus conciertos.
