Soportan frío y calor además, caminan largas distancias para buscar clientes que quieran lustrar sus zapatos.
Es por ello que un donador anónimo decidió cumplir el sueño de estos dos jóvenes. Tener un par de zapatos nuevos para esta Navidad.
En una noche fría de diciembre encontramos a Samuel e Israel haciendo los últimos lustres del día.
Su sorpresa fue grande cuando recibieron la noticia. Un par de zapatos nuevos para Navidad.
Ambos viven cerca de la Avenida Bolívar y el próximo año cursarán sexto primaria.
Forman parte de los niños trabajadores que deben ayudar a sus padres con los gastos del hogar.
Sus progenitores también se ganan la vida lustrando zapatos.
Zapatos para dar pasos firmes
El primero al que le entregamos su par de zapatos fue Samuel Isaías, estaba terminando de darle brillo a unos zapatos cafés y cuando levantó su mirada se encontró con una caja misteriosa.
Al abrirla descubrió que era un par de zapatos nuevos. Emocionado agradeció por este lindo gesto.
Luego fue el turno de Israel Alexander. Él ya estaba guardando sus cosas cuando le hablamos para entregarle su par de zapatos.