El consumo interno del país centroamericano se beneficia en gran medida del flujo de las remesas familiares, enviadas principalmente desde Estados Unidos, que cerrarán 2022 con un récord histórico equivalente a US$18 mil 48 millones, de acuerdo con la misma fuente.
La banca central muestra optimismo, aunque reconocen que 2023 será un “gran reto” para Guatemala debido a la desaceleración mundial que podría afectar a sus principales socios comerciales.
“Esperamos que, como en crisis pasadas, las exportaciones de Guatemala, principalmente a Estados Unidos, sigan estables en parte porque nuestros principales productos son materias primas”, detalló la entidad bancaria.
En ese sentido, el Banco de Guatemala estima que durante 2023 los productos agrícolas de exportación como el café, azúcar, cardamomo y aceite de palma, mantengan el dinamismo que registraron este año en el mercado externo.
Durante 2022, Guatemala registró un Producto Interno Bruto (PIB) de US$72.420 millones, lo que implica un ritmo de crecimiento un 4% menor al registrado en 2021.
Si la previsión del Banco de Guatemala se mantiene, el país podría registrar en 2023 un PIB de unos US$75.000 millones aproximadamente, es decir un ligero crecimiento en comparación a este año.
La última vez que la tasa de crecimiento de Guatemala cayó fue en 2020, primer año de la pandemia de covid-19, cuando el PIB registró un margen negativo de 1.8 puntos porcentuales.
En Guatemala, el 59 % de sus 18 millones de habitantes viven bajo el umbral de la pobreza y aproximadamente el 35 % de la población sobrevive gracias a las remesas enviadas desde el exterior, con base a cifras oficiales y de organismos internacionales.