Chimaltenango

Brotan leyendas de Los Chorritos

Desde hace más de 300 años, pobladores de Tecpán Guatemala, Chimaltenango, se abastecen de agua en un sitio conocido como Los Chorritos, el cual está ubicado en el barrio Poroma, zona 2 de ese municipio.

Debido a que la comuna no abastece a toda la población,  vecinos llegan por agua a Los Chorritos.m (Foto Prensa Libre: José Rosales)

Debido a que la comuna no abastece a toda la población, vecinos llegan por agua a Los Chorritos.m (Foto Prensa Libre: José Rosales)

TECPÁN GUATEMALA.- Desde hace más de 300 años, pobladores de Tecpán Guatemala, Chimaltenango, se abastecen de agua en un sitio conocido como Los Chorritos, el cual está ubicado en el barrio Poroma,  zona 2 de ese municipio.

Todavía no se ha llevado a cabo un estudio que establezca cuál es la fuente que abastece a este manantial, por lo que pobladores la relacionan con un milagro o un misterio, en especial porque han contado con ella durante catástrofes y sequías.

 El cronista local Érick Domingo Juracán Xet  contó que al principio había siete chorros y estaban en tierras de una familia de apellido Colón, pero desde hace unos 200 años  se reordenó la localidad y el nacimiento paso a ser propiedad   comunal.

Juracán relato que en 1820, debido a que en el municipio había abundante agua, Los Chorritos tenían menos demanda, por lo que se instaló una pileta que servía como balneario, y unos 80 años después fue convertida en tanque público.

La historia de Los Chorritos tiene mucho de leyenda y religiosidad; unos cuentan que esto  nació con la aparición de una imagen de Jesús de Poroma, por lo que lleva ese nombre, y por eso también fue utilizada como sitio de sanación.

Durante el gobierno de Manuel Arana Osorio (1970-1974) se construyó una capilla, y se cuenta también que en 1871, Justo Rufino Barrios pasó a abastecerse de agua cuando estaba al frente de las fuerzas de occidente para derrocar al gobierno de esa época.

 El vecino Juan Mes refirió que no hay poblador de Tecpán que no haya bebido en ese sitio. En la década de 1990 la epidemia del cólera afectó la región, pero la gente consumía agua de  Los Chorritos porque sabía que era agua pura. Lo mismo sucedió para el terremoto de 1976, mientras se reparaba la red de agua entubada.

El residente  Mario Ordóñez contó  que periódicamente llega el párroco a bendecir el agua, y que los vecinos siguen llegando a abastecerse, pues el líquido que distribuye la comuna no es suficiente.

 

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