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“Es la más alta en 14 años”: La inflación cerró en 2022 el doble de lo que esperaba el Banco de Guatemala
El costo de vida en Guatemala fue el más alto en 14 años, lo que obligó a la ciudadanía a disminuir sus gastos, mientras las autoridades analizan medidas para que la inflación vuelva a alrededor de 5%.
La división de transporte fue la más alta e incidió en la distribución de bienes y servicios hasta el consumidor. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió en diciembre 0.23%, con lo que Guatemala cerró en 2022 con una inflación anual de 9.24%, la más alta desde 2008 o sea desde hace 14 años.
Eso significa que, en promedio, los precios crecieron cerca del 10% entre enero y diciembre, aunque de manera específica, algunas divisiones de gasto como los combustibles, aumentaron 40%, ya que el galón de gasolina costaba cerca de Q22 a inicio de año y ahora, el promedio es de Q34.
Por otro lado, el ritmo inflacionario de diciembre (el 9.24% mencionado), subió 6.17% respecto a lo observado en diciembre del 2021, cuando fue de 3.07%, aparte de que es el más alto de los observados en los meses de diciembre del 2015 a 2021, y está 5.44% por arriba del promedio del período en mención (3.8%).
Y en términos prácticos, el poder adquisitivo del quetzal se ubicó en Q0.60, perdiendo Q0.40 centavos con relación al período base de diciembre 2010, y Q0.05 en relación con diciembre del 2021.
El incremento del ritmo inflacionario se comenzó a observar en junio del anterior, cuando llegó a 7.55%; en julio, 8.36%; agosto, 8.87%; septiembre, 9.03%; octubre, 9.7% (el más alto del año); noviembre, 9.17%; y diciembre 9.24%.
Para 2023, se proyecta que el indicador sea controlado por las autoridades monetarias, por lo que la meta es que el indicador se ubique nuevamente en la meta de 4 más/menos 1%, para lo cual se preparan varias medidas que se detallan más adelante.
Más caro en el interior
Aunque la inflación promedio nacional fue de 9.24% en tres regiones el indicador superó el doble dígito. Por ejemplo, en la región II (Cobán y San Pedro Carchá) la inflación fue 11.90%; en la región IV (Jutiapa, El Progreso Jutiapa y Chiquimula) 10.47%; y la región III, 10.19%, expone el Instituto Nacional de Estadística (INE) en su informe mensual.
En la estructura del IPC, la ponderación (100%) de la división de alimentos y bebidas no alcohólicas es del 28%; vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles 12.61%; transporte 10.43% y restaurantes 9.24%. Pero en general, todas las divisiones de gastos rebasaron con creces los valores promedio.
Por ejemplo, el transporte tuvo la mayor alza con 16.95%, seguido de los alimentos, con 11.76% y servicio de restaurantes, con 9.91%.
Cadena incontrolable
Desde el 2008 (año de la crisis económica global), no se habían observado alzas tan pronunciadas en los precios internacionales del barril de petróleo y de los alimentos, que obviamente, impactaron en el país.
El IPC se conforma de varias divisiones, pero cuando se encarecen los bienes importados (sobre todo, los combustibles), el primer impacto se recibe en el sector de transporte, que es básico en el proceso productivo por su efecto multiplicador en el resto de la economía, considerando que consiste en distribuir los bienes y servicios hasta el consumidor final.
Si bien es cierto que durante el año se observaron alzas en el precio internacional del petróleo que justificaron un alza inicial de los combustibles y el gas propano, en meses recientes la tendencia ha sido hacia la baja, lo que no se han reflejado en menores precios de los carburantes.
Por otro lado, la pandemia es un factor externo que incidió en el costo de diversos productos por escasez, pero el manejo de los factores económicos ha sido particular en cada país, con efectos propios que generan causas internas en alza de precios e inflación derivada.
En síntesis, buena parte de la inflación en el país ha sido importada, lo que se ha agravado con el rompimiento de la cadena logística y los picos post pandemia, aparte de la enorme emisión monetaria registrada en Estados Unidos y otros países, donde se subvencionó con dinero a gran parte de su población, lo que también dio como resultado una enorme inflación.
¿Qué significa esta situación?
Hay un consenso entre los especialistas sobre la forma como el indicador impacta en la ciudadanía.
Por ejemplo, los asalariados sufren más con la pérdida de su poder adquisitivo, ya que ganan lo mismo pero sus necesidades aumentan cada año, ya sus hijos están en crecimiento o sus padres ya requieren medicinas; pero al tener un salario fijo, perdieron casi el 10% por la vía del incremento de precios.
Los comerciantes simplemente aumentan 10% a sus precios y no pierden; igualmente, un profesional privado independiente que ofrece sus servicios los ajustará este año en 10% o más, corriendo el riesgo de que no se le contrate.
Por otro lado, se considera que la inflación “es un cáncer económico” y la sufren más los que menos tienen, por lo que para la población guatemalteca significó un fuerte deterioro en su nivel de vida, pues los consumidores compraron menos o tuvieron que optar por productos de menor calidad.
También significó un desequilibrio total entre el poder adquisitivo de la gente y la variación desmedida de precios de los bienes de consumo, pues de acuerdo con los datos oficiales, el costo de la canasta básica tuvo una variación arriba del 9.17% hacia el final del año.
Y aunque las autoridades insistan en que los factores que presionaron la inflación son de origen externo como el alza en el precio de los combustibles, el aumento en la oferta y demanda del efectivo y de algunos bienes y servicios, la repercusión más fuerte se sintió en la economía familiar.
En todo caso, a las personas individuales les impacta en una fuerte reducción de su salario real con una consecuente baja en su bienestar. Incluso, se registran altos números de personas desempleadas debido a recortes de personal en empresas que necesitan reducir sus costos.
En la economía en general se observa una disminución de la demanda, también influida por el encarecimiento de los créditos, como resultado del incremento a la tasa líder de interés. Este es un ciclo que también puede conducir a una desaceleración económica.
El papel de la Junta Monetaria
A consecuencia de lo anterior, las autoridades monetarias se encuentran ante la disyuntiva de contener la inflación a costa del crecimiento económico; o mantener un nivel general de precios alto, con el costo del bienestar de los guatemaltecos, principalmente de los sectores más vulnerables.
Aquí el rol de la Junta Monetaria (JM) es fundamental, en cuanto a hacer un análisis juicioso del manejo de la política monetaria, pues, por un lado, la inflación se sitúa por encima de la meta establecida por el Banguat (4% +/- un punto porcentual) afectando el bolsillo de los guatemaltecos. Y por el otro, su contención a partir del incremento progresivo de la tasa de interés líder, que puede tener repercusiones en el crecimiento económico.
Esto, porque el incremento progresivo de la tasa de referencia pone presión sobre las tasas de interés de mercado, que, a su vez, incrementan el costo del dinero y como consecuencia, se desacelera el crecimiento económico.
Con el deterioro de la capacidad de compra del quetzal, que se ubicó en Q0.60 en comparación con el 2010, la situación de las familias con menores ingresos se agudiza, pues no pueden cubrir sus necesidades básicas, por lo que no se descarta la presencia de algún escenario de conflictividad social.
En estos momentos es cuando la estabilidad macroeconómica entra en contradicción con la condición y realidad que viven las familias guatemaltecas, principalmente las más vulnerables.
En este sentido, los especialistas indican que la decisión de fijar el salario mínimo, de manera diferenciada, solo vendrá a agudizar la problemática, pues da lugar a que se acentúe más la desigualdad en el país e incentiva que continúe aumentando la especulación en el área metropolitana.
Para evitar esta potencial crisis económica-social, sugieren que el gobierno impulse una estrategia equilibrada que frene la escalada de precios sin comprometer el crecimiento económico ni la condición de vida de las familias guatemaltecas.
Un ejemplo concreto es que si una persona ganaba Q3 mil mensuales y la inflación del 2022 cierra en 10% entonces esto quiere decir que perdió el 10% del valor de su dinero o sea que ahora ganará el equivalente a Q2 mil 700.
Por lo tanto, las condiciones de vida de la mayor parte de la población se van a deteriorar, ya que el alza de los precios no se ha visto compensada por mejores ingresos ni mayores oportunidades. Lo preocupante es que hay un alto margen de la población que vive en pobreza y miles de niños padecen desnutrición crónica.
¿Qué se puede hacer?
Los expertos señalan que hay un pliego de propuestas que van desde la revisión a las tablas arancelarias, el impulso a la inversión pública por su efecto multiplicador en el empleo y el fomento a las inversiones en infraestructura
Por otro lado, generar políticas de Estado de contención de la inflación, especialmente para dar apoyo a los grupos más vulnerables, subsidios, intervención en los precios, pero a la vez, incentivar la producción de los pequeños y medianos productores, así como apertura y democratización del crédito (costos bajos de interés y largo plazo).
Dado que gran parte de la inflación es importada, el margen que tienen las autoridades para reducir el impacto de los precios sobre la población es muy reducido.
De hecho, la política monetaria debe ser muy cuidadosa en no subir apresuradamente las tasas de interés, ya que existen previsiones de que algunos socios comerciales importantes como Estados Unidos entrarán en recesión.
Además, por ser el último año de un gobierno y ante un posible escenario de recesión, se debe manejar el gasto de manera austera y estratégica, para dejar una situación favorable a las próximas autoridades.
El Banguat se pronuncia
Prensa Libre envió una serie de preguntas al Banco de Guatemala (Banguat) sobre las medidas que tomará la Junta Monetaria (JM) para contener la inflación en el 2023 y estas son sus respuestas:
Como autoridad monetaria ¿Cómo se interpreta el dato de inflación que dio a conocer el INE?
El ritmo inflacionario, luego de registrar una marcada tendencia creciente desde los primeros meses del año anterior, se moderó hacia finales de 2022, ubicándose en diciembre de 2022 en 9.24%, por debajo de la estimación de cierre del Banco de Guatemala (9.50%). En ese contexto, si bien la inflación se ubicó por arriba de la meta de inflación determinada por la Junta Monetaria (4.0% +/- 1.0 punto porcentual), esta obedeció a presiones inflacionarias de origen externo (inflación importada).
Ante ese escenario, y derivado de que las referidas presiones inflacionarias de origen externo comenzaron a contaminar las expectativas de inflación y estas a su vez provocaron efectos de segunda vuelta, la Junta Monetaria respondió elevando la tasa de interés líder de política monetaria, aumentándola en 200 puntos básicos (de 1.75% a 3.75%), con el propósito de moderar las expectativas de inflación, lo cual coadyuvará a continuar moderando el ritmo inflacionario y permitiría que esta se ubique en 5.0% a finales de 2023.
¿Qué medidas estarán implementando en 2023 para poder controlar la inflación?
La Junta Monetaria mantiene su compromiso de que tanto los niveles de inflación como las expectativas de inflación de corto plazo converjan gradualmente a la meta, para lo cual seguirá adoptando las medidas que sean necesarias para tal fin.
Explique en qué consisten las principales variables del programa monetario para 2023.
En 2023 se prevé que la demanda de emisión monetaria registre un aumento de Q8,461.9 millones, el cual corresponde al incremento esperado de la demanda de billetes y monedas en circulación por parte del público, la cual obedecería al dinamismo esperado de la actividad económica, la preferencia de liquidez, así como la influencia de factores estacionales.
Por su parte, se prevé una disminución en los depósitos del Gobierno Central en el Banco de Guatemala (uso de caja) por Q8,477.8 millones, conforme lo previsto en el Presupuesto de Ingresos y Egresos vigente para el presente ejercicio fiscal.
El aumento en el saldo del encaje de los bancos del sistema por Q2,082.2 millones, sería resultado del crecimiento de las captaciones (depósitos) por parte de los bancos para el presente año.
Adicionalmente, el aumento de US$500 millones en las reservas monetarias internacionales, reflejaría, principalmente, el resultado neto de las operaciones de deuda pública externa (desembolsos – pagos). La combinación de los factores monetizantes y desmonetizantes descritos anteriormente, darían como resultado un incremento en las operaciones de estabilización monetaria de Q674.6 millones.
¿Cuáles serían esos efectos para los bancos, las empresas, las familias y ciudadanos en general?
El programa monetario provee una referencia que facilita el análisis y el seguimiento de la evolución de la actividad económica, mediante la evaluación de los agregados monetarios y de crédito, lo que además le da consistencia macroeconómica.
Por lo tanto, el seguimiento del programa monetario tiene como propósito promover una adecuada gestión de liquidez que coadyuve al buen desempeño de la actividad económica del país, lo cual apoya la consistencia de las decisiones ahorro, consumo e inversión de los agentes económicos (que incluye a los bancos, las empresas, las familias y el gobierno).
Con información y aportes de:
- Guido Rodas, exministro de Economía y exintegrante de Junta Monetaria.
- Marcel Arévalo, investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
- Fernando Estrada Domínguez, director de la Comisión de Estadísticas de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC).
- Miguel Ángel Moir, ex jefe de la Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia (Segeplan).
- Maynor Cabrera, investigador de la Fundación Economía para el Desarrollo (FEDes).