Agregó que en la ruta a Coatepeque hubo derrumbes que obstruyeron temporalmente la circulación vehicular. Sin embargo, cuadrillas de Conservación Vial despejaron la ruta.
“En recorridos por el área rural y la cabecera municipal hemos encontrado daños en al menos cien viviendas, en 15 de ellas muy severos”, informó.
“Tenemos que demoler, pero necesitamos apoyo del Gobierno para la reconstrucción porque muchos de los afectados son familias de escasos recursos”, expuso el jefe edil.
“Este problema se suma a los que dejó el terremoto del 7 de noviembre del 2012, cuando hubo gran cantidad de damnificados que nunca recibieron ayuda para reconstruir sus viviendas”, se quejó.
Macario también señaló que el cementerio municipal resultó con daños por el último movimiento telúrico.
Muchas tumbas se abrieron, y quedaron expuestos ataúdes y restos humanos.
Empleados de la municipalidad sellaron de nuevo los nichos, ante el temor de que se pueda desatar una epidemia.
Espera que la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres evalúe la situación real del municipio, para presentarle un informe al gobernador departamental y la comisión del Gobierno a cargo de la reconstrucción.
Carlos Escalante, uno de los afectados, dijo que espera ayuda gubernamental para reconstruir su vivienda.
Ricardo de León, otro vecino de ese municipio, afirmó que están olvidados por las autoridades, porque hay evidencias reales de la destrucción que causó el sismo de la semana pasada, el cual cree que fue similar o más intenso que el del 2012.