Salud y Familia

¿Quiere ser más creativo en su trabajo? Esta técnica puede ser su solución inmediata

Los especialistas dicen que la mente relajada logra ser más creativa, pero cómo activa este campo en su vida con un día entre tanto estrés.

Grupo de personas jugando

Los juegos en adultos son más que un tiempo de distracción. Atrévase a implementarlos en su vida. (Foto Prensa Libre: RODNAE Productions/Pexels)

Si los días son pesados y con estrés, seguro no hay nada más que desee al finalizar el día que llegar a casa a descansar, perderse en el teléfono móvil o no hacer nada más que cenar y dormir, y así hacer un ciclo que parece interminable.

Pero, una pizca de creatividad puede transformar su día y encontrar soluciones en cualquier contexto que usted se encuentre.

Los expertos hablan que una manera de llamar la creatividad en su vida es jugar.  Sí, jugar, no es cuestión solo de los niños y los adultos también podemos divertirnos y sacar lo mejor de una sesión en la que gane ese espacio que solo traerá un poco de sana diversión.

Además, según los expertos jugar un momento en el día alivia el estrés, mejora el funcionamiento cerebral, mejora las relaciones y conexiones con los demás, nos mantiene más jóvenes y estimula el pensamiento creativo.

La experiencia lúdica adulta

La experta Eva Gordo Morante que hizo un análisis al respecto para la Universidad Politécnica de Madrid comenta que ante una creciente e imparable sociedad del cansancio y la productividad, surgen nuevas corrientes de propuestas que revalorizan algunas de las características propias del juego más puro y primitivo, (tanto infantil como adulto) en contraposición a la evidente pérdida de estas partes esenciales.

Los niños y niñas juegan desde el inicio de su crecimiento, pero al crecer dejamos atrás estas ganas de experimentar que les caracterizan. Tanto es así que cuando alguien se muestra entusiasmado por algo, nos extrañamos y le decimos: “eres como una niña”. Tanto, que utilizamos la expresión “conectar con tu niño interior” para referirnos a disfrutar, sentir placer y ganas de jugar.

Jugar definido por la Real Academia Española es en términos sencillos hacer algo con alegría con el fin de entretenerse, divertirse o desarrollar determinadas capacidades.  “El juego es un proceso primario, como el juego físico de los niños o los animales procedente de antiguas regiones del cerebro que generan emociones primitivas”, indica Gordo Morante.

En empresas es posible hacer juegos para integrar grupos y también hay algunas que utilizan juegos creativos para buscar afuera de la caja y así salir de la zona de confort.  “Juegos prácticos como el mismo ajedrez ayudan a crear nuevas estrategias y a estimular el cerebro”, dice la psicóloga Alejandra Ordóñez.

Por su parte, la psicóloga Daniela Ortiz, comparte que los juegos integrados en el diario vivir nos ayudan a desconectarnos, así en la privacidad, cinco minutos que pongamos de música para bailar nos ayudarán, o incluso 10 minutos de jugar con los niños en casa pueden ser un espacio que ayude a este crecimiento.

Sin duda, estos espacios motivan a que los días o el trabajo no sea monótono y se estimula a crear cosas distintas y tener un crecimiento propio.

“Los niños ven un grupo de piedras y empiezan a crear, en un momento vemos que están construyendo una pirámide o dándoles formas, así crece la imaginación”, expresa.   También el pensamiento se hace más flexible para hacer proyectos.

La neurociencia apuesta por los beneficios de jugar en los adultos. Se ha asociado que algunos juegos incluso ayudan a la prevención o tratamiento de enfermedades como el alzhéimer, entre ellos los que entrenan la memoria y promueven la rapidez visual o toma de decisiones.

El juego en las emociones

Diversos estudios y análisis afirman que el juego nos ayuda a superarnos a nosotros mismos.   También despierta la curiosidad, la novedad y explorar una zona segura, entre otras que podría despertar.

Jon Radoff, diseñador de juegos estadounidense, publicó los llamados 42 FUNdamentals, una lista orientada a describir qué pasa mientras jugamos, lo cual va desde identificar patrones y adquirir conocimientos hasta dominar habilidades y oír historias o incluso ser un héroe o hacer tonterías.

Se ha explorado que no a todos les gustan los mismos tipos de juegos.  Están aquellos que disfrutan de siempre ganar, quienes gustan de la interacción social y otros que prefieren actividades de competencia.

Eva Gordo Morante, plantea en su investigación diversos estudios y análisis sobre el juego y cita a Stuart Brown, quien define ocho personalidades del juego.  ¿En cuál se encuentra usted?

  1. El bromista: Les encanta ‘hacer el tonto’ y el sinsentido.  Conecta con las personas a través de las bromas y el humor, le encanta hacer reír.
  2. El kinestésico: Juega a través del movimiento, le gustan los juegos físicos, no específicamente competitivos.
  3. El explorador: Descubrir y explorar es su forma de mantenerse creativo y estimular la imaginación. Desde viajar a lugares hasta hacer viajes emocionales donde explora los sentimientos es su entretención.  La exploración puede ser de cualquier tipo, mental e intelectual.
  4.  Los competidores: A los competidores les encantan las reglas y los retos, les gusta saber cómo ganar y quién ganó, contar los puntos y el progreso. Los juegos pueden ser físicos o mentales.
  5. El director: Le gusta planear y ejecutar los planes, estar en el poder y organizar.
  6. El coleccionista: Le encanta cazar y coleccionar lo mejor y lo más interesante. Reúne experiencias u objetos.
  7. El artista/Creador: Adora el proceso de crear y construir. Tiene espacios para ello, talleres, estudios o mesa de manualidades.
  8. Los Storytellers, o contadores de historias: Pueden inventar cualquier historia y hacerse parte e incluir a los demás. Les gusta también leerlas y ver películas, pueden interpretar las emociones de los personajes, les encanta la metáfora y el simbolismo que utilizan para entender el mundo. Son capaces de crear el juego en cualquier situación.

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