De acuerdo con la Evaluación de la Política Monetaria, Cambiaria y Crediticia, a noviembre de 2022 y Perspectivas Económicas para 2023, el interés de los formuladores de política en la implementación de una Moneda Digital de Banco Central (MDBC, también conocida como CBDC, en inglés), se fundamenta en la disminución secular del uso de dinero en efectivo en muchas jurisdicciones y la acelerada valorización de las criptomonedas privadas, así como por la proliferación de pagos digitales.
“Los cuales plantean desafíos importantes para el sistema financiero, debido a que la innovación tecnológica está irrumpiendo en el sistema de pagos a una escala sin precedente y los cambios resultantes se están volviendo tangibles en la vida cotidiana de los agentes económicos, haciendo necesaria la participación de los bancos centrales para adecuar al avance tecnológico a las medidas de política monetaria”, indica el documento.
De acuerdo con el informe, el Banguat solicitó una asistencia técnica al Fondo Monetario Internacional (FMI) para analizar los riesgos asociados de emitir una MDBC y las implicaciones para la política monetaria y la estabilidad financiera. Además, contempló en su Plan Estratégico Institucional 2022-2026 un proyecto de evaluación integral de la viabilidad de implementación de una MDBC.
Sobre la evaluación del impacto potencial, el Banguat agrupa algunos puntos en común de los beneficios potenciales: satisfacer de forma segura las demandas del sistema de pagos, mejorar los pagos transfronterizos y potenciar la inclusión financiera.
No obstante, no dejan de contrarrestarse con algunas restricciones y fricciones a considerar: el tipo de tecnología subyacente utilizada; la estabilidad del sistema financiero; la efectividad de la política monetaria; la privacidad y protección de los datos; la prevención de delitos financieros; la resiliencia operativa; y la ciberseguridad.
Características de las MDBC
En un artículo publicado en su página, el Foro Económico Mundial (WEF, en inglés), refiere que “la moneda digital es simplemente dinero electrónico, en lugar de físico”. En ese sentido, las MDBC son versiones digitales de la moneda física de un país.
“Los bancos centrales que emiten y gestionan estas monedas digitales son autoridades financieras nacionales que supervisan la moneda de un país, la oferta de dinero y la política monetaria, como la fijación de las tasas de interés, que modifican el coste de los préstamos”, agrega el texto.
“La aparición de las monedas digitales, tanto privadas como públicas, representa uno de los cambios más importantes en el mundo de las monedas en los últimos 100 años”, escribió el economista y consultor Sebastián Edwards, en un estudio para Guatemala solicitado por el Banguat en 2022, para la Evaluación del diseño e implementación de la Política Monetaria y Cambiaria 2021-2022.
“No estamos hablando necesariamente de Bitcoin o del experimento, hasta ahora aparentemente fallido, de El Salvador. Estamos hablando del tipo de monedas digitales creadas por bancos centrales (CBDC) y de lo que se ha llamado “monedas estables” creadas privadamente, pero cuyo valor está íntimamente relacionado con el valor de monedas tradicionales”, agregó Edwards en el informe.
De acuerdo con Antonieta de Bonilla, expresidenta del Banguat y de la Junta Monetaria (JM), “la moneda digital de un banco central es la representación digital de una moneda ya existente que cuenta con el respaldo de una autoridad monetaria”.
Beneficios y desafíos
Del Cid agregó que las CBDC pueden brindar beneficios como reducir el costo de manejar efectivo, aumentar la inclusión financiera, fortalecer el sistema de pagos, promover la competencia y disciplina del mercado, y contrarrestar el aumento de criptomonedas, también presentan importantes retos y desafíos para los entes reguladores y las autoridades monetarias.
El Atlantic Council, un grupo estadounidense de expertos, afirma que las MDBC facilitan la bancarización de la población en la medida en que facilitan el acceso al dinero de manera más segura, aparte de que las monedas digitales de los bancos centrales pueden mejorar la inclusión financiera.
También coadyuvan a reducir la delincuencia financiera, pues el dinero en efectivo es esencialmente imposible de rastrear y esto contribuye a facilitar la delincuencia, mientras que las las transacciones con MDBC quedan registradas, lo que mejora la transparencia de los flujos de dinero.
Y el FMI ha afirmado que las MDBC ayudan a fortalecer la resistencia de los sistemas financieros, pues si una catástrofe natural o la quiebra de una empresa de pagos impide el acceso al dinero en efectivo, una CBDC podría proporcionar un respaldo.
No es una criptomoneda
Si al igual que las criptomonedas, la MDBC es un medio de pago electrónico, los expertos indican que no deben confundirse. La principal diferencia es que la MDBC se emite como un activo que pueden ser reclamado en moneda a su valor nominal en cualquier momento.
Mientras que una criptomoneda está denominada en su propia unidad de cuenta, creada por entidades no bancarias y emitida en “blockchain”, un sistema de plataforma digital de alta potencia con nodos interconectados y distribuidos en todo el mundo.
“Sin embargo, las criptomonedas, aunque son un medio de pago, no reúnen todas las características del dinero. Es decir, carecen de aceptación universal, no tienen el respaldo de ninguna autoridad o entidad de control, y no llenan los requisitos para ser un medio de acumulación de valor, ya que es un activo altamente volátil. Por otra parte, en vista de que sus operaciones son anónimas, privadas y carecen de regulación, su uso se presta para operaciones ilícitas, como el lavado de dinero y/o el financiamiento del terrorismo”, agregó Del Cid.
Beatriz Ordóñez Porta de Leal, asesora jurídica del Banguat, coincidió en que una MDBC es emitida por el banco central de un país, por lo que tiene un respaldo estatal, como en el caso de los billetes y monedas. Por el contrario, las criptomonedas son una representación digital de operaciones y no están reguladas, aparte de que se rigen por la ley de la oferta y la demanda a nivel mundial y cualquiera puede acceder a ellas.
Proceso incipiente
Durante un foro organizado en julio de 2021, por la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), con motivo del 75 aniversario del Banguat, el expresidente del banco central, Sergio Recinos, dijo que en conjunto con la Superintendencia de Bancos (SIB), se trabajaba en un anteproyecto de ley sobre criptomonedas y la implementación de una MDBC, aunque aún estaba en la fase de investigación.
E indicó en esa ocasión que varios países desarrollados ya realizaban pruebas al respecto y, en caso de Guatemala, el proceso para tener un “Quetzal Digital” podría durar entre dos y tres años, aclarando que este no va a sustituir a los billetes y monedas físicos, sino que será una moneda complementaria.
Para Lizardo Sosa, expresidente del Banguat, el uso de la moneda digital no es algo que irrumpirá de golpe en el mercado, ya que hoy, muchas operaciones y transacciones se llevan a cabo electrónicamente, por lo que consideró que la emisión de una MDBC que esté regulada completamente, será cuestión de tiempo.
“La tecnología es inexorable, entonces, implementar una moneda digital está tan lejos como lo que la sociedad se tarde en aprender a manejar la tecnología. Obviamente, eso conlleva una etapa de transición en el que convivan el dinero físico y la MDBC”, expuso.
Porta de Leal, enfatizó que en Guatemala “estamos en una fase muy inicial de estudio y nos hallamos recopilando toda la información existente a nivel internacional, lo que se está hablando a nivel mundial por los organismos financieros internacionales y por otros bancos centrales, así como en importantes centros académicos. Primero tenemos que hacer acopio de toda la literatura, de qué posibilidades hay; cómo podría operar; en qué nos puede servir y si lo necesitamos como país”.
En su opinión, son análisis que pueden tomar entre dos y cuatro años, pero que el Banguat ya integró un equipo multidisciplinario para ello. Por lo pronto, está por proponer un proyecto de Ley de Entidades Operadoras de Dinero Electrónico a nivel privado, diferente a la MDCB. Este dinero electrónico se refiere a un registro del dinero físico (es decir, respaldado a través de dinero depositado en cualquier entidad bancaria), pero que no usa los medios de pago tradicionales (tarjetas), sino aplicaciones digitales.