EDITORIAL
Emprender un sueño
Guatemala es uno de los países considerados entre los 10 más emprendedores del mundo, debido a la gran cantidad de personas que decide lanzarse a la venta de bienes, servicios, conocimientos y asesorías profesionales, como una vía de tener un mayor crecimiento económico y mejores condiciones de vida través de un concepto productivo propio. Es proverbial el espíritu de innovación y superación que mueve a tantos guatemaltecos a comenzar un pequeño negocio. Esta es la causa fundamental del aumento de inscripción de empresas en el registro mercantil en el año anterior. 53 mil 12 razones sociales empresariales fueron inscritas durante el 2022, con una diferencia de poco más de un millar de empresas creadas en el 2021, cuando se inscribieron 51 mil 801.
En el 2020, los registros decayeron a causa de la pandemia, pero se han recuperado a fuerza de empeño y necesidad de salir adelante. En efecto, según el Monitor Global de Emprendimiento 2021-22, el 70% de emprendedores se ve impulsado por el interés de generar mejores ingresos en comparación con un empleo formal; sin embargo, por la premura y falta de asesoría técnica, muchas de estas propuestas comerciales resultan redundantes: el 67% de emprendimientos no cree que sus clientes los vean como totalmente novedosos, y esta es la fase en la cual muchos se quedan varados o incluso se extinguen.
Buena parte de emprendimientos surgen en la informalidad; sin embargo, cuando la microempresa logra sobrevivir tres años y medio de operaciones, la mitad se inscribe para tributar, crecer y gestionar créditos. Este dato debería fundamentar programas gubernamentales de asesoría estratégica y análisis de oportunidades que, lamentablemente, no existen a gran escala. No es el único valladar que afrontan: la delincuencia literalmente mata buena parte de estos esfuerzos incipientes, mayoritariamente a través de asaltos y extorsiones.
El financiamiento inicial o para crecer es otra barrera, debido a que no existen o no se conocen suficientes opciones de créditos blandos o con plazos preferentes. El Estado podría apostar por programas de selección de proyectos, sobre todo en áreas rurales, como una vía de fomento de generación de oportunidades laborales para tratar de incidir en la reducción de la migración al norte. Más de la mitad de los emprendimientos logra hacerse de recursos para comenzar con préstamos entre familiares y amigos, mientras solo 13% acude a instituciones financieras. Esto apunta a una gran oportunidad de desarrollar productos financieros adecuados al perfil y necesidades de estos microempresarios.
La pandemia condujo a la transformación de muchos procesos comerciales y al surgimiento de muchos canales digitales que agilizaron la promoción, venta y continuidad de atención a clientes. Tales experiencias, virtuosas o adversas deberían ser recopiladas por entes públicos o privados como un manual de casos para jóvenes estudiantes. En el Currículo Nacional Base debería insertarse, desde primaria y sobre todo en secundaria y diversificado, un módulo de conocimientos sobre economía básica, nociones de calidad de servicio y manejo de finanzas, de amplia utilidad, tanto para quien decida laborar en relación de dependencia como a quien se lance con una idea que es un sueño y un objetivo.