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El médico refiere que a escala mundial hay un millón de casos nuevos por año. En Guatemala se registran entre 900 a mil casos nuevos por año.
“Si vamos a otro tipo de estadística, cada día en Guatemala, de dos a tres personas son diagnosticadas con cáncer de próstata; de esos 900 nuevos casos, alrededor de 600 fallecen por año. Una incidencia alta y una mortalidad también muy alta”, señala el especialista.
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Avances
“La edad promedio en la que se diagnostica este padecimiento es a los 65 años”, explica Muschett, quien agrega que la detección temprana es la mejor herramienta para combatirlo.
El tratamiento dependerá de la etapa en que se diagnostique. Cuando el cáncer está únicamente confinado al tejido de la próstata y no ha invadido estructuras aledañas, se hace una intervención quirúrgica para extraer la próstata, y radioterapia.
A quienes no les funciona este primer tratamiento o se les detecta la patología cuando ya está más allá de la glándula y empieza a afectar otros órganos, se procede a las terapias hormonales. “Se les llama así porque el cáncer de próstata se alimenta de los andrógenos de las hormonas masculinas, principalmente la testosterona, entonces se trata de bloquear las acciones de estas hormonas y eso permite retrasar la progresión de la enfermedad”, señaló el médico.
Cuando ya es un cáncer avanzado, hasta hace poco tiempo la única opción era la quimioterapia. Sin embargo, recientemente se aprobó el uso del acetato de abiraterona para ser usado en pacientes con cáncer de próstata metastásico —que se propaga a otros órganos—.
Este da la posibilidad a los pacientes de retrasar el uso de la quimioterapia en un promedio de dos años, al demorar el avance de la enfermedad en un 47 por ciento. “Este fármaco tiene una efectividad muy buena, que ha permitido añadir tiempo y calidad de vida a los pacientes”, aseguró Muschett.