¿Cuál es la realidad sobre la problemática energética en Totonicapán?
Ordóñez: Es un tema que se ha tratado desde hace algunos años. Si recordamos la razón de la manifestación del 4 de octubre del 2012, fue por los costos muy elevados que se cobran y a la vez la baja calidad del servicio. Es un tema al que no se le ha encontrado una alternativa apropiada.
¿Cuáles son las principales quejas de los vecinos de los 48 Cantones?
Ordóñez: Una es que las facturas llegan a un costo muy exagerado. El consumo familiar no excede los Q100, pero se nos sorprende con facturas de hasta Q1 mil. Otro aspecto que genera molestia es el alumbrado público, pues se cobra, pero este no existe. Hay vecinos que no tienen ni un poste de luz cercano.
¿Cuáles son los mecanismos de denuncia para los usuarios?
Barrera: En la Ley General de Electricidad y en sus reglamentos existen procedimientos para que los usuarios pueden elevar sus quejas. La Ley creó un ente regulador, que es la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE). Esta es la responsable de proteger los derechos de los usuarios.
¿Cuánto puede hacer esa comisión?
Barrera: La CNEE monitorea la calidad del suministro que reciben los usuarios, y al determinar que la actividad está fuera de los rangos permitidos por las normas técnicas, impone sanciones económicas, pero las distribuidoras pueden apelar y estos procedimientos pueden tardar años.
¿Qué respuestas han obtenido de sus quejas en Totonicapán?
Ordóñez: Nosotros hemos hablado con el representante de Energuate. La última reunión que sostuvimos con ellos fue a mediados del mes pasado.
Con las lluvias que hubo a principios de junio se dieron quejas de muchos vecinos que indicaron que sus aparatos se les quemaron.
Hasta la fecha únicamente se han limitado a revisar el cableado y el sistema, pero no tenemos una respuesta concreta.
¿A lo largo de la historia les han dado alguna solución por las quejas?
Ordóñez: Llevamos años sin tener respuestas a nuestras demandas.
¿Cuáles son las raíces técnicas en las fallas del servicio?
Barrera: Yo lo resumiría en un término: inversión en infraestructura. En la década de 1990 era el Estado el que daba el servicio, pero este colapsó. Llevamos 15 años en este nuevo esquema de participación privada. Hay una serie de inversiones en las líneas de transmisión, pero aún tenemos redes muy débiles.
¿A qué se debe la variabilidad de las tarifas de consumo doméstico entre la ciudad y municipios del altiplano?
Barrera: Son muchos factores, pero el más importante es el precio elevado al que compran la energía las distribuidoras a los generadores y que después se traslada al usuario final. A eso se le suma la variabilidad que da el clima.
¿Qué explicación les dan a los 48 Cantones cuando se acercan a las distribuidoras?
Ordóñez: No se da una información técnica que explique ese cobro. Solo nos piden que llevemos la factura porque van a revisar, pero no existe certeza técnica.
¿Cómo está distribuida la matriz energética en el país?
Barrera: Hace cinco años teníamos un sistema dominante térmico a base de búnker. Ahora la generación térmica es de carbón. En este momento tenemos más del 50 por ciento de producción con hidroeléctricas; un 15 por ciento es con carbón. En época de zafra, el bagazo de la caña puede llegar al 15 por ciento, y el resto son importaciones de México y generación de geotermia.
¿Qué factores impiden que en Guatemala no se desarrolle la generación con sol y aire?
Barrera: Son los costos, porque estas tecnologías son más caras y no las producimos; los paneles solares los tenemos que importar. La buena noticia es que este año se inauguró la primera planta solar en el país y se construyen dos o tres más. También ya se construyen dos o tres planta eólicas. Eso significa que se verá reflejado en los siguientes cinco años.
En Totonicapán hay rechazo a la generación de energía geotérmica. ¿Por qué se oponen?
Ordóñez: En Totonicapán la mayor parte del territorio es comunal. Tampoco existe una consulta al pueblo y los resultados de proyectos extractivos contravienen los intereses comunitarios, en este caso con la conservación de los recursos hídricos. El planteamiento del pueblo es de un no a estos proyectos.
¿Cuáles son los requerimientos mínimos para que ustedes puedan dialogar?
Ordóñez: No tenemos un planteamiento ni requerimiento mínimo. Yo expongo la decisión del pueblo, que es un no rotundo, y hablo a nombre del pueblo y este ya tomó su decisión.
El 60 por ciento de personas pagan más por alumbrado público que por consumo. Hay algunas iniciativas estancadas en el Congreso. ¿Cómo se define ahora el cobro por alumbrado público y cómo debería fijarse?
Barrera: La Comisión de Energía Eléctrica, liderada por su titular, Carmen Urízar, presentó una iniciativa con criterios más técnicos, pero no avanzó en el Congreso.
Actualmente muchos alcaldes deciden arbitrariamente la tasa de alumbrado público, como si fuera un flujo de caja. Y finalmente se socializa sobre los consumos de las escuelas, la feria, y se pierde el concepto de alumbrado público.