Las personas, algunas nerviosas, alertaron a agentes de la División de Seguridad Turística (Disetur) de la Policía Nacional Civil (PNC), quienes se movilizaron al lugar para delimitar un área y evitar que el reptil atacara a alguien.
La inesperada visita de esta especie provocó que personal no solo de la PNC, sino de otras instituciones, estuviera en el lugar para atraparla y ponerla de nuevo en un lugar seguro y evitar que alguien le hiciera daño.
En forma preliminar dijeron que se trataba de una Hydrophis platurus, más conocida como serpiente marina amarilla que posee un veneno altamente tóxico como la mayoría de las culebras de mar.
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De acuerdo con estudios de iNaturalist, una iniciativa conjunta de la Academia de Ciencias de California y la National Geographic Society, esta serpiente mide alrededor de 90 a 100 cm de longitud. “Su cuerpo está comprimido lateralmente, haciéndolo apto para nadar”.
Según iNaturalist, la cabeza es “alargada, aplanada y estrecha, con ojos de tamaño medio y pupilas redondeadas. Presenta una coloración gris, con líneas amarillas laterales y escamas ventrales estrechas, lo que le dificulta el desplazamiento en tierra y hace que se muestre torpe”.
Los estudios de esta organización revelan que la Hydrophis platurus, “está relacionada con las serpientes marrones, cobras y taipanes”.
El veneno de esta especie, según iNaturalist, es altamente tóxico, al igual que muchas serpientes de mar. La Dosis Letal Media “subcutánea para este veneno es de 0.067 mg/kg y la cantidad de veneno por mordida es de 1.0 a 4.0 mg”.
En Guatemala se han tenido avistamientos en las playas de Santa Rosa, y ahora esta en la de Escuintla. De acuerdo con las dos instancias consultadas la mayoría de las serpientes marinas de vientre amarillo pasan toda su vida en el mar y habitan en los litorales costeros del océano Pacífico.
iNaturalist explica en su sitio web que esta especie requiere aguas no más frías de 16 °C para sobrevivir, aunque se le ha visto otros lugares en donde la temperatura del agua es muy cálida, hasta los 30 °C, y dicen desconocer cómo logra sobrevivir al clima, pero consideran que al parecer evolucionó para adaptarse y no morir en estas condiciones.