A través de familiares, “El Ratón” ha pedido disculpas por el segundo “culiacanazo”. Estos, cada vez que pueden, piden que se corra la voz en todo ese poblado de Culiacán, ya que la gente aún vive con temor.
“Todas las noches sueño lo mismo: los balazos, los guachos (militares), las ráfagas y el helicóptero ese. Mis hijos están más traumados, ni siquiera quieren ir a la escuela, apenas hace una semana empezaron a ir porque no quieren salir de aquí”, dijo al medio mexicano Milenio Mireyda Ramírez, conocida en Jesús María como “La China”.
A un mes del operativo de la captura de Ovidio Guzmán, las calles en Jesús María están casi vacías. Aún pueden encontrarse decenas de casquillos percutidos por los caminos de terracería cercanos a la casa del hijo de “El Chapo”.
Manchas de sangre en el piso y cientos de impactos de bala en paredes, techos y ventanas, son la huella del enfrentamiento de la madrugada del 5 de enero último.
Muchos pobladores están inconformes por las afectaciones causadas y porque los apoyos prometidos por el gobierno de Sinaloa no han llegado, según los testimonios recogidos por el medio mexicano.
“Ahorita llovió más adentro que afuera porque toda la lámina quedó agujereada… yo no he recibido ningún apoyo de nadie, mucho menos del gobierno”, comentó Greisy Carrillo, habitante de Jesús María.
“Es más fácil que Ovidio regrese y que nos ayude a que nos ayude el gobierno, que cubran mis daños, porque no creo que el gobierno venga a cubrirlos”, dio por su parte “La China”, quien al igual que el resto de pobladores han tenido que reparar por su cuenta las paredes de sus casas.
Mientras tanto, el Ejército mexicano mantiene las medidas de seguridad en el poblado, con un retén en el ingreso a Jesús María, además de brindar alimentación, cortes de cabello, atención médica y mantenimiento a las cuatro escuelas del lugar.