DE MIS NOTAS

Pensamientos de la vida

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Hace unos años escribí unas reflexiones sobre la vida y la muerte, la esperanza y la fe. Eran momentos difíciles. Hoy, revisando, mis archivos me encontraron. En medio de esta cacofonía electoral, me lucen pertinentes. Aquí les va: La vida es un obsequio precioso, tan frágil como también efímera. En un instante todo puede cambiar y la vida que conocíamos, desaparecer.

La muerte es inevitable, pero muchas veces nos olvidamos de esta verdad mientras nos aferramos a las cosas materiales y trabajamos en busca de más poder y éxito. Sin embargo, cuando la vida se vuelve incierta y la fragilidad de la existencia se hace evidente, nuestra escala de valores cambia. De repente, lo que antes nos parecía importante ya se vuelve intrascendente y empezamos a valorar las cosas simples y las relaciones significativas en nuestras vidas. Es en estos momentos cuando nos percatamos de que lo verdaderamente importante en la vida no son las posesiones materiales y profesionales, sino las personas que amamos y las experiencias que compartimos con ellas. Los abrazos, los besos, las risas, las lágrimas, son los recuerdos que nos acompañan a lo largo de la vida y que nos hacen sentir vivos y conscientes.

La conciencia de que habitamos en un diminuto planeta en la inmensidad del universo nos hace reflexionar sobre nuestro lugar en el cosmos y sobre el propósito de nuestra existencia. ¿Quiénes somos? ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿A dónde vamos? Son preguntas que han perseguido a la humanidad desde tiempos inmemoriales y que continúan sin respuesta. Es aquí donde la fe en un creador, en un Dios, puede ser una fuente de consuelo y esperanza.

' La vida es un obsequio precioso. En un instante, todo puede cambiar y la vida que conocíamos, desaparecer.

Alfred Kaltschmitt

La creencia en un ser supremo que nos da un propósito y un significado a nuestra vida puede ser un faro en la oscuridad de la incertidumbre. Al conectarnos con Dios, encontramos una fuerza más grande que nos guía y nos da la fortaleza para seguir adelante, incluso en los momentos más difíciles, cuando hay nubes oscuras y horizontes inciertos.

Pero la fe en un Dios no es algo que se pueda forzar o imponer. Es una experiencia personal y única que surge de un encuentro profundo y significativo con lo divino. La fe es un viaje que requiere tiempo, dedicación y paciencia, pero que puede ser una fuente de transformación profunda y de paz interior.
El gran poeta Kahlil Gibran escribió: “La fe es un huerto cerrado, pero los pensamientos son las flores que en él se cultivan”. Por eso es importante que nos rodee un ambiente de amor, que cuidemos de nuestra salud física, mental y espiritual, y que trabajemos en el fortalecimiento de nuestras relaciones interpersonales.

También debemos ser agradecidos por las bendiciones que recibimos y tratar de hacer una diferencia positiva en el mundo que vivimos. La gratitud es una actitud que nos ayuda a reconocer lo que tenemos y a apreciar el presente, en lugar de enfocarnos en lo que nos falta. La vida es frágil y efímera, pero también es maravillosa y llena de posibilidades. Debemos tratar de hacer de ella una historia interesante, llena de amor, aventura y significado.

La fe en un Dios puede ser una fuente de consuelo y esperanza en los momentos difíciles, y la gratitud nos ayuda a reconocer lo que tenemos y a vivir en el presente. Así que, queridos amigos, abracemos a nuestros seres queridos, disfrutemos de las pequeñas cosas de la vida, sigamos nuestros sueños y no tengamos miedo de tomar riesgos.

La vida es un regalo precioso, y depende de nosotros decidir cómo queremos vivirla.

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