EDITORIAL
Prensa independiente se debe al ciudadano
La función de la prensa independiente es ofrecer un servicio informativo a sus lectores y audiencias, para que tengan un panorama de las luces y sombras de la realidad en que habitan, sobre todo en aquellos temas que impactan sus vidas, decisiones y devenires. Es el ciudadano quien cada día elige los medios en los cuales quiere informarse, hoy ampliamente diversificados gracias a la evolución tecnológica.
Esa prueba de confianza es cotidiana y debe ser correspondida a través de la provisión de noticias relevantes en todos los órdenes: economía, política, avances o rezagos en el desarrollo y el funcionamiento de entidades públicas, porque son sufragadas por el erario. Allí donde mandatarios y funcionarios tropiezan con la misma piedra, ansían panegíricos por el simple hecho de cumplir con su obligación.
Ante denuncias de ciudadanos y partidos sobre fallas en el sistema digital de inscripción de candidatos del Registro de Ciudadanos, se procedió a verificar. Quizás en otro momento no sería preocupante, pero en pleno proceso electoral convocado una falla de ese tipo, aún temporal, es inadmisible, sobre todo porque el actual Tribunal Supremo Electoral, a casi tres años de haber sido nombrado por el Congreso, ha tenido suficiente tiempo para prepararse.
En un comunicado ambiguo, el TSE anunció la “finalización” del mantenimiento de las plataformas informáticas, que habría sido la causa de la disfuncionalidad aludida. Más inteligente habría sido avisar con antelación para pausar las gestiones. Sin embargo, el comunicado califica de falsa y sensacionalista la noticia publicada acerca del citado incidente que, con toda lógica, originó quejas por el momento político en que sucede. Peor aún, el TSE acusa a la labor periodística de querer “deslegitimar” el proceso electoral. Nada más alejado de la verdad. Se informó con hechos, como un servicio al ciudadano. En esa labor no media animadversión ni otro interés que fiscalizar un proceso trascendental.
Lo que sí desgasta la confianza ciudadana es que el TSE se preste a vedar el acceso a la información pública al otorgarle a los partidos políticos la potestad de mantener en secreto las sesiones semanales con magistrados. Al menos 24 partidos se opusieron a que ingrese la prensa o a que sean transmitidas en directo las discusiones allí sostenidas. Muchos de ellos pronto saldrán a ofrecer transparencia y atender las exigencias de la población.
Desde hace más de 70 años, Prensa Libre ha refrendado a diario su fidelidad a Guatemala y a los guatemaltecos. Creemos en la democracia plena, en la institucionalidad, en la pluralidad de ideas, en la defensa de derechos fundamentales y en la rendición de cuentas de todo servidor público. Cuando los políticos son candidatos en la llanura, a veces arrastrando varias campañas, acceden a responder de todo y hasta piden que, de ser electos, se audite su gestión. Una vez en un cargo, se tornan en irascibles figurones que no resisten ni las preguntas. Salen huyendo. Se enojan. Alegan ataques políticos cuando se les señalan nexos, pactos, opacidades, discrecionalidades o errores que simplemente deberían corregir.
La gestión pública, incluyendo al TSE, necesita de personas capaces de rendir cuentas, de enfrentar las críticas y, sobre todo, de anteponer los legítimos intereses de la ciudadanía y no de unos cuantos politiqueros. Por eso, el reto diario de la prensa es servir al ciudadano, que es su mejor, más poderoso y más implacable juez.