El 23 de enero pasado las instalaciones fueron entregadas para que se retomen las clases presenciales, pero la fecha en que los estudiantes de la Escuela de Ciencias Psicológicas volverán al CUM aún no está clara, pese a que la Facultad de Ciencias Médicas ya tiene definido que la presencialidad comenzará este lunes 20 de febrero.
Carla Carrera, Coordinadora General Académica de la escuela, menciona que solicitaron al Consejo Superior Universitario permanecer durante el primer semestre en un modelo semipresencial, con la finalidad de que la transición a la presencialidad sea menos abrupta para los estudiantes, y haya una mejor planificación que permita la implementación de las herramientas virtuales a las aulas.
Aún no han recibido directrices por parte del consejo, pero de indicarles que regresen al campus, lo harán.
Los estudiantes ya están en clases, llevan los cursos prácticos de manera presencial y los teóricos en modalidad virtual. Los de reingreso comenzaron el 23 de enero, mientras que el 6 de febrero iniciaron los del primer año.
“Académicamente sería importante no perder los recursos virtuales que nos ha dejado esta etapa, porque si incorporamos una presencialidad como la conocimos en 2019 sería un retroceso”, dice Carrera.
La Escuela de Ciencias Psicológicas comenzó con el uso de plataformas digitales desde antes de la pandemia. Se implementó el campus virtual, se compraron licencias para trabajar en aulas interactivas y así tener la facilidad de grabar las clases en línea.
Los docentes, según la coordinadora, fueron capacitados sobre el uso de herramientas tecnológicas, y considera que se alcanzó una alfabetización digital en el 80% de ellos.
“Si dejamos de dar clases, fue tal vez una semana cuando empezó la pandemia, en lo que hacíamos la creación de cada aula virtual por profesor y se preparaban para subir sus recursos, a partir de allí hemos dado el servicio interrumpidamente”, dice Carrera.
La escuela tiene en promedio 125 catedráticos, entre titulares e interinos. Ellos tienen que atender este año a 650 estudiantes de primer ingreso, y otros 2 mil 225 regulares, inscritos en las tres jornadas que se imparten.
Durante la pandemia del covid-19 se observó que más personas se inclinaron por las carreras que se dan en la Escuela de Ciencias Psicológicas, la opción a clases virtuales está entre las razones que pudieron influir, pero también que se hizo visible la importancia de la salud mental en pandemias como la de covid-19. Eso se ve en los números, pues en 2019 los estudiantes de primer ingreso eran 343, y para el 2021 se llegó a los 1 mil 277, el año pasado la cantidad fue similar, según información del Departamento de Registro y Estadística de la Usac.
La virtualidad sumó
La posibilidad de llevar cursos de manera virtual fue un incentivo para que estudiantes que habían abandonado la carrera -por distancia o por razones laborales- retomaran sus estudios, la matrícula del 2021 y 2022 lo refleja, y los docentes ven esto como positivo.
Tomando en cuenta ese fenómeno, Carrera dice que la escuela debe pensar en nuevos pensum de estudio o nuevas ofertas académicas que permitan estudiar a través de plataformas digitales, lo que sí ofrecen otras universidades.
“Aprendimos que hasta el teléfono celular es una herramienta de aprendizaje. No queremos que todo vuelva a la manera análoga, a usar quizá una presentación en PowerPoint, pizarrón y marcador, sino que tener más recursos digitales”, agrega.
Pero en las instalaciones del CUM la conectividad no es óptima, de esa cuenta, la escuela busca invertir en mejorar la conectividad, para que los catedráticos puedan usar ese recurso en la academia.
Los estudiantes que ingresaron a la Usac durante la pandemia no han estado en una clase física, su relación con compañeros y docentes hasta ahora ha sido virtual, por esa razón es que la asistencia a la universidad también es importante, pues la interacción es necesaria para desarrollar el pensamiento crítico en los universitarios. De allí que se abogue por la semipresencialidad.
“Estamos conscientes de que nuestro pensum de estudio no es virtual, pero también que después de casi los tres años a distancia hacer un cambio abrupto podría ser un retroceso. Entonces, nos estamos preparando en una presencialidad más interactiva y no un modelo magistral, como antes”, asegura la entrevistada.
Retos por asumir
Si bien la presencialidad es positiva, hay consideraciones que deben ponerse sobre la mesa para ese regreso, como la falta de transporte público colectivo para llegar al CUM, pues siete de cada diez estudiantes de la Escuela de Ciencias Psicológicas se desplazan de esa manera.
El problema sube de tono para quienes asisten a la jornada nocturna, ya el campus se ubica en un punto poco accesible, en un sector inseguro, y los reportes de asaltos a los universitarios ya eran recurrentes antes de la pandemia. Hay temor de que esto se repita. La situación se ha denunciado ante las autoridades, pero no hay soluciones a largo plazo.
Para quienes trabajan, estudiar por las noches es la única opción, y la virtualidad les permite hacerlo a distancia. De no tener esa posibilidad tendrán que decir entre continúan con sus estudios o con la responsabilidad laboral. Esto podría llevar a que la matrícula mengue.
Para los docentes los retos son otros, como aceptar una presencialidad distinta a la que se conocía, ahora con el uso de herramientas digitales en las aulas. Además de mejorar la conectividad en los salones y la actualización del equipo tecnológico.