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Samuel Eto’o, la leyenda viviente de Camerún

Samuel Eto'o afronta su cuarto y, casi con toda probabilidad, su último mundial. En Brasil buscará romper con su país la barrera de la fase de grupos, muro con el que se ha topado en las citas de Francia, Corea del Sur y Japón y Sudáfrica.

Samuel Eto'o es la principal figura de Camerún para el Mundial de Brasil 2014. (Foto Prensa Libre: Archivo)

Samuel Eto'o es la principal figura de Camerún para el Mundial de Brasil 2014. (Foto Prensa Libre: Archivo)

El delantero, con tres goles anotados en los siete partidos que ha disputado en mundiales, regresó en octubre del 2013 al combinado nacional, tras haberlo abandonado en septiembre, por “motivos personales”. El alemán Volter Finke, sustituto del francés Denis Lavagne en el banquillo de los leones indomables, pudo contar con Eto’o para los dos decisivos partidos de la repesca africana para acceder al mundial ante Túnez.

El traspaso de Eto’o del Anzhi al Chelsea, en el verano del 2013, puso al jugador de nuevo en el escalafón mundial. Y Samuel, como es habitual en él, no ha decepcionado. José Mourinho lo considera una pieza importante en su equipo y en su esquema. En Eto’o está depositada gran parte de las esperanzas del país africano para la gran cita. Con su vuelta a la punta de ataque, Camerún gana en experiencia, agresividad y pegada.

En Brasil también habrá que descubrir si el apego que Eto’o siempre ha tenido a la polémica es capaz de ensombrecer todas sus virtudes. El delantero ha protagonizado multitud de conflictos en la selección nacional, que comenzó en marzo de 1997. La Federación de Camerún le impuso una sanción de 15 partidos por haber encabezado en 2011 una huelga de jugadores que provocó la suspensión de un encuentro amistoso ante Argelia. Además ha llegado a detener un cambio ordenado por el entonces seleccionador Javier Clemente, ha protagonizado varios enfrentamientos con la Prensa, recibido amenazas de muerte tras haber fallado un penalti contra Senegal y se especuló con que estaba detrás de la ausencia en las convocatorias de Alexander Song, jugador con quien mantenía una fría relación desde el Mundial de 2010; incluso llegó a ser multado con 1 mil 600 euros por haberse negado a darle la mano.

La solidaridad también es un aspecto muy presente en Eto’o: construyó en marzo del 2006 la Fundación Privada Samuel Eto’o, con el fin de proteger a la infancia y la juventud de Camerún y del continente africano, proporcionando la ayuda necesaria para mejorar la educación, la salud básica y la integración social de las personas más desfavorecidas.

La protección que Eto’o ofrece a los golpeados por la pobreza no acaba en su Fundación; es embajador de Buena Voluntad del Comité Español de Unicef y padrino de honor de la Fundación Campaner, entre muchas otras colaboraciones. Las donaciones para la construcción de hospitales en su país o de ambulancias-quirófanos tampoco faltan en su currículo solidario.

El ángel y el demonio que habitan en él dirimirán su combate particular ante los ojos de millones de espectadores. El primero de ellos apuesta por convertir la presencia del camerunés en Brasil en una razón más que suficiente para pegarse a la televisión cada vez que los leones indomables salten al césped, ante el fuerte carácter que posee y que puede difuminar la estrella del único jugador que ha ganado cuatro veces el galardón de mejor jugador del año en África.

Con 33 años, 588 partidos oficiales disputados, 304 goles en su haber y una veintena de distinciones individuales, Samuel Eto’o Fils arribará a Brasil como una de las estrellas más rutilantes. La selección anfitriona, Croacia y México intentarán frenarlo. No está demostrado que puedan hacerlo y sí es seguro que él tratará de evitarlo.