Según explica Paulo de León, analista de Central American Bussiness Intelligence (CABI), las grandes economías ya se encuentran en un proceso de desaceleración económica, pero hace la salvedad de que Estados Unidos no caerá en una fuerte recesión, lo que le brinda oportunidades a Guatemala en el corto, mediano y largo plazos.
Entre estas destaca tres: el nearshoring, la urbanización y el bono demográfico, ya que generan demanda de productos, incluso industriales, así como servicios. “Entre estas hay oportunidades de corto plazo, pero las de mediano y largo plazo son fantásticas”, refiere.
A su criterio, el banco central seguirá subiendo las tasas de interés, mientras la inflación seguía en alrededor del 9% a enero del 2023, pero al cierre del año se prevé un cierre de 4% a 5%. Y el crecimiento económico se espera en 3.3%, debido a que hay fundamentos locales sólidos a pesar del debilitamiento de la economía mundial. Es más, se proyecta que en los siguientes 10 a 15 años, este indicador subirá a 3.75% y 4%, con techos de entre 2.75% y 5.5%.
Uno por uno
El primer factor que CABI destaca como detonante de la inversión es el nearshoring, considerando que en el 2021 ingresaron a Latinoamérica US$142 mil millones y Guatemala se posiciona dentro de la región como un país atractivo, pues no solo se trata de instalación de fábricas en el país, sino de aumento de pedidos de productos de exportación de todo tipo y no solo vestuario.
“Se está observando una industrialización del país, porque los commodities ya solo representan el 23.4% dentro del total de exportaciones y ha crecido la base de manufacturas. Solo la industria de alimentos más la de textiles es 50% más grande que todos los commodities de Guatemala”, aseguró, y estos cambios conllevan productividad, mejora del valor agregado y aumentos salariales.
Sobre el bono demográfico, refiere que habrá 2.3 millones de nuevos habitantes en edad productiva en los próximos 10 años, aunque a partir del 2021, Guatemala tiene una edad promedio arriba de 25 años, lo que calificó de positivo.
Eso, porque entre esa edad y los 45 años, el ser humano tiene más ingresos y gasta más, se endeuda porque tiene horizontes de largo plazo, compra su casa, la equipa, adquiere vehículo y muchas cosas más porque ya ha estudiado, trabaja y tiene más poder adquisitivo. “Además, es la edad en que forma su hogar y estos aspectos ayudan a activar la economía. A partir de los 50 años empieza a gastar menos porque ya no tiene ese horizonte el largo plazo y empieza a dejar de consumir cosas”.
O sea que el país aún dispone de 20 a 40 años de bono demográfico, lo que ayudará a que el consumo sea mayor y es donde la industria, la construcción y otros sectores tienen oportunidades.
Este tema va de la mano con el tercer aspecto, que es la urbanización o la transición entre lo rural y lo urbano, el cual ya empezó a vivir el país. Sin embargo, Guatemala es el país menos urbanizado del hemisferio occidental con una tasa de gente viviendo en ciudades en torno al 58% de la población, comparado con el 82% en Latinoamérica.
“Estos cambios conllevan un ciclo de inversión muy fuerte para cubrir la demanda y genera una transformación en la velocidad de crecimiento económico porque propicia más negocios debido al incremento de la demanda en tiendas, farmacias, gimnasios y otros comercios”.
A criterio del analista, el sector privado ha impulsado el surgimiento de ciudades intermedias y otros proyectos, pero no hay un acompañamiento público o de los gobiernos porque no se ven planes que incentiven la urbanización o la industrialización, y tampoco se observa un aumento de la inversión pública, infraestructura o carreteras necesarias.
Otros indicadores
En otros indicadores de corto y mediano plazo, expuso que la macroeconomía guatemalteca está en uno de sus mejores momentos, aunque esto no incluye el aspecto social, de infraestructura, escolaridad y otros.
Sin embargo, dijo que en este momento hay una situación de pesimismo del consumidor porque la inflación está impactando y considera que se va a seguir observando cómo la gente decide dejar de gastar por el tema inflacionario y ese es un riesgo.
El analista de CABI participó en la conferencia Tendencias económicas 2023, realizado por la Cámara de Industria de Guatemala (CIG).
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