ESCENARIO DE VIDA

Mi travesía por el desierto del Sahara marroquí

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Haber llegado a Marruecos, un maravilloso país tan cerca de Europa, me ha dado la oportunidad de conocer a fondo la hospitalidad y cultura marroquí gracias al senador Ahmed Lakhrif, de la Cámara de Consejeros del Senado de Marruecos, y a la Embajada de Marruecos en Guatemala. Todo acertadamente coordinado por Hazan Azarkan. Estando ubicado al norte de África, nos invita a descubrir un mundo donde su historia milenaria engalana el paisaje. Aquí cada callejuela es un misterio. Cada mercado es vibrante y cada paso que estamos dando es un nuevo descubrimiento.

' Cómo los marroquís han logrado ofrecer lo mejor del primer mundo construyendo hermosas y modernas ciudades, todo en medio del desierto.

Vida Amor de Paz

Marruecos es un país donde nos sentimos conectados espiritualmente con las cálidas dunas en la inmensidad del desierto. Es donde el mar ha dibujado bellísimas costas y donde encontramos enigmáticos oasis y las palmeras de dátiles, o árboles de argón. Estos últimos siendo el secreto de la juventud y belleza de muchas mujeres marroquís.

Una vez en la ciudad de Marraquech, nos movimos por 6 horas en una carretera perfectamente asfaltada hacia la región de Guelmim Oued-Noun donde hemos aprendido sobre sus tradiciones y su historia. Hemos estado tomando té varias veces al día, vistiendo velos, caftanes y turbantes para protegernos de la arena del desierto.

Al nomás llegar a la región de Guelmim nos recibió la familia del senador Lakhrif y con una hospitalidad única, hemos bailado y reído con ellos y hasta nos han convidado a probar la carne de camello y los dátiles y manjares de la temporada. Allí hemos ido conociendo personas excepcionales como Zahra Laouissi, presidente de la Comisión Económica, Social, Cultural y de Desarrollo Sostenible de Guelmim, quien coordinó una entrevista con la presidenta de la región, Mbarka Bouaida, y Ali Qatad, vicepresidente de la Comisión de la Cooperación Internacional e Intercambio, quien también estuvo al tanto de todo. Junto a Mohammad Derbal, nuestro guía e intérprete, logramos conocer a los mejores artesanos de la región y maravillosos lugares de dicha provincia.

Aún no comprendo cómo los marroquís han logrado ofrecer lo mejor del primer mundo construyendo hermosas y modernas ciudades, todo en medio del desierto. Laayoune es una de estas ciudades a la que llegamos después de Guelmim y tuvimos la oportunidad de entrevistarnos con M. Abdeslam Bekrate, Wali de la ciudad de Laayoune, gobernador de gobernadores del más alto nivel designado directamente por el rey Mohamed IV, todo perfectamente coordinado por el director de Comunicaciones del Wali, Mohammed Eliadali. Un día después nos recibió el alcalde de la ciudad, Hamdi Ould Errachid quien ha sido elegido democráticamente por 4 períodos consecutivos, lo que denota su calidad superior. Lo fascinante de esta ciudad no sólo fue su majestuosidad, orden y limpieza, sino que a unos cuantos kilómetros se yergue la inmensidad del desierto, un contraste soberbio entre la modernidad y las hermosas dunas que cobran diferentes colores con la iluminación del sol.

En el desierto el tiempo pareciera no transcurrir. Las tradiciones permanecen. Los sabios hombres y mujeres que profesan su espiritualidad existen, especialmente en Esmara. Lo que era desde tiempos inmemorables, sigue estando allí. Rumbo a la Ruta al Sahara, ya hemos recorrido varios pueblos del sur de Marruecos, que son el pasaje más importante para África. Con Abdel Ilah Sadri, nuestro piloto, seguiremos nuestro recorrido. Ya pasamos por la región de Guelmim, y ciudades como Tan Tan, Tarfaya, Laayoune, Esmara y Boujdour. Recién hicimos otras 12 horas de camino hasta Dakhla, donde más aventuras nos esperan. Allí completaremos “la Ruta al Sahara”. Espérelo pronto por Guatevisión.

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