Existe además para las personas el sustantivo de género común, al que determinan los artículos y los adjetivos con los que concierta: “el cónyuge / la cónyuge (se pronuncia ‘cónyuje’ y no ‘cónyugue’); el testigo / la testigo; el miembro / la miembro; el piloto / la piloto; el maniquí / la maniquí: el pianista / la pianista; el cantante / la cantante” y otros muchos. Pueden usarse como femeninos o masculinos: “jefe / jefa (o la jefe); polígloto / políglota (o el poliglota); cliente / clienta (o la cliente); dependiente / dependienta (o la dependiente); modista / modisto (el modista); sirvienta / sirviente; presidenta / presidente (la presidenta o la presidente están aceptados por el DRAE)”. Para las profesionales se acepta el femenino: “doctora, licenciada, médica, abogada y notaria, traductora jurada, jueza, (aunque también es común ‘la juez’), magistrada, alcaldesa”. Los grados militares suelen distinguirse por el artículo: “la comandante, la general”. La “capitana” se refiere a la mujer que dirige un equipo o a la embarcación que comanda a las demás.
Algunos animales tienen género epiceno, que designa a ambos sexos. Si se quiere especificar este, se dice: “la araña hembra / macho; el zancudo hembra / macho; la boa constrictor hembra / macho: el colibrí hembra / macho”; etc. El género ambiguo puede usarse con artículos masculinos o femeninos indistintamente: “el mar, la mar: “… se hicieron a la mar”, “… el azul del mar”; “la calor, el calor: “… cuando hace la calor…”; “agosta el calor los campos…”.
Los plurales correspondientes son masculinos (los mares, los calores). Otro tanto sucede con el / la azúcar (plural los azúcares); el dote, la dote (plural las dotes). Ya está en desuso, pero en un tiempo se dijo “la / el color”. Hay también sustantivos polisémicos que dependiendo del artículo significan distintas cosas. “el tema, la tema; el cólera, la cólera; el margen, la margen; el cura, la cura” y otros que quedan en el tintero.
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