DESDE GINEBRA

Perspectivas económicas mundiales

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La débil recuperación económica que se lleva a cabo por los efectos y alcances provocados por el encierro durante la pandemia del covid-19 se comenzaron a materializar. El producto interno bruto mundial se contrajo y se desaceleró la economía china. En general, las nuevas tendencias de la economía mundial con la globalización del comercio y la producción, el conocimiento y la información, así como la desregulación del comercio apuntan a una probable recesión.

La pandemia sacudió a la economía mundial con una inflación superior a lo previsto en todo el mundo, incluyendo a las principales economías desarrolladas, provocando el endurecimiento de las condiciones financieras como también una desaceleración peor de lo previsto en China, como consecuencia de los recientes brotes de covid-19 y los confinamientos, adicional a las nuevas repercusiones negativas del conflicto entre Rusia y Ucrania y sus efectos en los mercados de productos básicos, las cadenas de suministro, la inflación y las condiciones financieras han intensificado la desaceleración del crecimiento mundial.

' La pandemia sacudió a la economía mundial con una inflación superior a lo previsto.

Eduardo Sperisen-Yurt

En China, recientemente, con los últimos confinamientos y el agravamiento de la crisis, con importantes repercusiones a escala mundial. Mientras que, en Europa, las rebajas de crecimiento son reflejo de las repercusiones del conflicto en Ucrania y el endurecimiento de la política monetaria. La inflación mundial se ha revisado al alza debido a los precios de los alimentos y la energía y los persistentes desequilibrios entre la oferta y la demanda.

Por ahora, las perspectivas económicas apuntan a la baja, con los conflictos bélicos que continúan con la disminución de las importaciones de gas ruso en Europa; la inflación podría ser más difícil de reducir de lo que se esperaba, ya sea porque la rigidez de los mercados de trabajo es mayor de lo previsto, o porque se genera inflación y el endurecimiento de las condiciones financieras mundiales podrían causar sobreendeudamiento en economías de mercados emergentes y en desarrollo.

Lo cierto es que, mientras el aumento de precios sigue reduciendo el nivel de vida en todo el mundo, la máxima prioridad de las autoridades económicas debería ser una respuesta contundente para impulsar el crecimiento, reforzar los marcos macroeconómicos y apoyar a los grupos vulnerables. Además, la mitigación del cambio climático sigue requiriendo medidas multilaterales urgentes para limitar las emisiones y aumentar las inversiones dirigidas a acelerar la transición verde.

El panorama presenta riesgos adversos. Entre ellos se incluyen los efectos indirectos, debido a la atenuación del crecimiento mundial, una mayor inseguridad alimentaria y malestar social, una inflación superior a la prevista y tensiones financieras constantes.

La Unctad, en el informe sobre Comercio y el Desarrollo, manifiesta preocupación por la combinación del debilitamiento de la demanda mundial, la insuficiente coordinación de las políticas a escala internacional y los elevados niveles de deuda derivados de la pandemia, generen ondas de choque financieras que puedan empujar a algunos países en desarrollo a una espiral de insolvencia, recesión y detención del desarrollo.

Muchos países en desarrollo han luchado por fomentar su actividad económica para salir del trauma del covid-19 y se enfrentan a fuertes vientos en contra por los conflictos bélicos que se incrementan sin posibilidades de terminar pronto, independientemente de que esto provoque o no disturbios, la incertidumbre y la inseguridad social ya se hace sentir.

En el informe se señala, además, que ante estos enormes desafíos y luchas, reforzar la cooperación mundial sigue siendo la mejor forma de mejorar las perspectivas económicas y mitigar el riesgo de fragmentación geoeconómica.

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