CATALEJO

Terrorismo de Estado: fuente de la dictadura

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El terrorismo es una acción criminal determinada por no estar dirigida a nadie en particular, como fueron la bomba hecha detonar por la guerrilla en el parque central, cuyas víctimas para su mala suerte estaban allí, como ocurrió también en el caso de la quema de la embajada de España, o la destrucción de aldeas por fuerzas militares, durante la guerra interna. Otros casos: las matanzas en las escuelas estadounidenses son otro caso, o el intento de toma del capitolio estadounidense. Puede ser causado por grupos fanáticos políticos o religiosos, pero también por burlar las entidades democráticas, sobre todo aquellas relacionadas con la aplicación de la ley y las normas electorales, especialmente.

' Apoderarse de las instituciones es terrorismo de Estado. * Para desacreditar las elecciones, funciona aplicar la teoría del caos.

Mario Antonio Sandoval

Las órdenes del Ejecutivo esta semana deben ser analizadas dentro de sus efectos inmediatos y mediatos, y su motivación ante el horror de los efectos de la libre expresión, además de la libertad de prensa. Desean crear pánico y provocar el silencio o la desviación hacia temas no molestos para quienes no quieren soltar el poder. Lo dijo con toda claridad la fiscal cuyas decisiones demuestran su ignorancia total y vergonzosa de la libre emisión del pensamiento. Tal parece como si el título de abogada tenga la misma validez académica del doctorado de la jefa del Ministerio Público. Opinar conlleva el riesgo de provocar su ira.

Si no se logra ganar esa batalla por el derecho ciudadano de expresar puntos de vista y recibir noticias, informaciones y comentarios para tomar sus propias decisiones, muy pronto las diferencias de criterio entre columnistas no impedirán cualquier acción ilegal, derivada de la voluntad suprema de quien es un dictador ya en formación. Estas opiniones toman en cuenta criterios distintos y hasta contradictorios. Esto enriquece la discusión y es un servicio público, por supuesto cuando no tienen intenciones ocultas. Pensar distinto y expresarlo ayuda a los ciudadanos de a pie, a quienes temen las dictaduras.

 

Guerra de los rumores

Una de las estrategias para debilitar la voluntad de participar en las elecciones y decepcionar a los votantes consiste en aplicar la llamada teoría del caos, para obtener resultados facilitadores de la entronización de regímenes nefastos. En la actualidad, esto se logra con facilidad gracias a la divulgación de rumores de presuntas acciones políticas próximas. Pueden ser mentiras, medias verdades o realidades, y ello solo se comprueba cuando pasa el tiempo. Su posible verdad aumenta cuando dan la apariencia de ser interpretaciones de hechos reales, pero mientras ello ocurre, pueden causar de todo: desde alegría hasta decepción. Esto no debe sorprender a nadie, porque desde siempre ha sido parte del juego político sucio, pero la tecnología de las redes sociales facilita su divulgación inmediata y la efectividad de los mensajes.

Despierta la curiosidad popular desde hace mucho cómo actuará Giammattei al dejar el cargo, si lo hace, pero también cuándo. La semana pasada circuló el rumor de un planificado autoexilio presidencial a donde no pueda ser extraditado por Estados Unidos. Hay dos países posibles: Brasil e Italia, de los cuales este último es el más posible porque posee pasaporte italiano, utilizado por él en su intento de entrar a Venezuela antes de tomar posesión. Ayer apareció otro: será Italia, a donde Miguelito habría viajado varias veces. Debido al odio político del mandatario contra Guillermo Castillo, con tal de no entregarle renunciaría y Shirley Rivera, su ex secretaria privada, desde el Congreso cambiaría el artículo 189, por el cual este organismo elige a quien decida, sin limitación ni norma alguna, cuando hay falta definitiva de los candidatos llevados a dirigir el Ejecutivo.

ESCRITO POR:

Mario Antonio Sandoval

Periodista desde 1966. Presidente de Guatevisión. Catedrático de Ética y de Redacción Periodística en las universidades Landívar, San Carlos de Guatemala y Francisco Marroquín. Exdirector de la Academia Guatemalteca de la Lengua.