Política
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Alianza oficialista permanece intacta en el Congreso, en plena competencia electoral
La alianza oficialista ha funcionado como una aplanadora y ha permitido la aprobación de leyes en cuestión de horas. Este comportamiento podría ser heredado a la décima legislatura.
La alianza oficialista, liderada por Vamos, se mantiene sólida en medio de la carrera electoral. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)
La carrera electoral comienza a calentarse y mientras en las actividades proselitistas ya comienzan a escucharse críticas a la actual administración, en el Congreso el escenario es otro y la alianza oficialista, multipartidaria, se mantiene cohesionada y camina a un mismo ritmo, como lo han hecho durante los últimos tres años.
El comportamiento político del Congreso de la República está mutando. Analistas consultados ya visualizan un patrón no visto en otras legislaturas: una alianza política que persiste en el año electoral.
Cada legislatura en su último año cambia y los partidos políticos representados ante el Organismo Legislativo marcan distancia del bloque oficial. De cara al proceso electoral enlistan los errores del gobierno para incluir en su oferta política una solución a esas falencias. Esta vez no es así.
Ahora el panorama es otro. El oficialista Vamos por una Guatemala Diferente (Vamos) consiguió contra todo pronóstico controlar los cuatro años el Congreso desde la presidencia de ese organismo.
Este año, antes de llegar a marzo ya tenía aprobado cinco decretos. Los más recientes la exención de impuestos a los Bomberos Municipales y el aporte social al gas propano, que representó una ampliación presupuestaria por Q150 millones. Todo posible por la alianza que mantiene con otras bancadas.
El oficialismo y su alianza han demostrado que sigue unidos y con una agenda política en común, en medio de un proceso electoral que ya comenzó con la convocatoria a elecciones, el pasado 20 de enero.
Además de tener la presidencia del Congreso, el partido oficial mantienen la presidencia de comisiones legislativas determinantes, como la Comisión de Finanzas, crucial para la asignación y distribución de recursos con los que comenzará el próximo gobierno.
¿Por qué se mantiene la alianza? Virginia Pinto, de la Asociación en Investigación y Estudios Sociales (Asíes), considera que un factor que explique este fenómeno podría ser el propio contexto social.
“Cuando hay un comportamiento de polarización en la sociedad, distanciamientos entre las visiones de la sociedad, hay una tendencia de la clase política a dirigir sus propuestas más al centro y esto podría propiciar que las alianzas se mantengan hacía adentro”, indicó.
Pero podrían existir otros factores que habrían obligado a que la clase política cambie su estrategia para consolidar su permanencia en el poder y el acceso a recursos públicos, según otras visiones.
La nueva estrategia
Francisco Quezada, investigador del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien), ve esta alianza como una estrategia política que favorece a muchos. “Ahora una buena cantidad de diputados han venido a decir ‘no peleemos, mejor partamos el pastel en amistad y simulemos distancia, generemos debate’”, explica Quezada.
Según el investigador, los partidos “ahora han ido cambiando, y por lo general estos cambios se convierten en la regla de que mejor van caminando de la mano, no se distancian y no se desgastan”. Y esta nueva regla quedó marcada en esta legislatura, dice Quezada.
Y esa alianza quedó fraguada desde el 14 de enero del 2020, al asumir un diputado oficialista, desconocido en el escenario político, la presidencia del Congreso, explica Rubén Hidalgo, director del Instituto Centroamericano de Estudios Políticos (Incep).
“Es muy particular la forma en que este Congreso se ha desempeñado desde que fue instalado, debido a que su trabajo en materia de producción legislativa ha sido pobre, sin embargo, desde su instalación su dinámica respondió a una alianza que le permite al partido en gobierno generar leyes o apoyos políticos en distintos niveles”, señaló.
Hidalgo considera que lo que ha sido notorio en este Congreso es dejar de lado las necesidades sociales, “la construcción de una agenda de país está en un tercer o cuarto nivel, lo prioritario es el intereses particular, lo segundo es garantizar su reelección por cualquiera de las banderas partidarias y garantizar apoyos y respaldos económicos”.
Los riesgos
Tener un Congreso alineado, sin que se aplique el sistema de frenos y contra pesos es peligroso, a consideración de los expertos consultados, ya que legalmente el Organismo Legislativo concentra una buena cantidad de poder.
“El Congreso cuando actúa a una sola voz, cuando tiene una aplanadora la ley, está hecha para darle la mayor fuerza al Congreso; entonces, muy fácilmente pueden volverse una dictadura, cuando se desdibuja la función de un parlamento”, explica Quezada.
La mecánica de trabajo que ha demostrado esta legislatura, a consideraciones de Hidalgo, será algo que continuaremos viendo en la siguiente, advierte.
“Todo apunta a que el desempeño de la próxima legislatura va a estar muy afín a lo que fue el desempeño de la actual, se me hace que tendrá una mecánica muy parecida, pero para la ciudadanía y la institucionalidad democrática no se prevé mucho cambio”, refirió.
El reto
Aunque el panorama que visualizan los analistas no es nada alentador ante una clase política que consolidó su alianza, posicionando sus intereses por encima de las necesidades sociales, según sus puntos de vista, todavía existe una pequeña oportunidad.
Pinto, estima que es primordial que en los meses previos a las elecciones generales previstas para el 25 de junio, la ciudadanía se informe sobre los aspirantes a diputados.
La no aprobación de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (Lepp) impidió los listados abiertos para diputados, por lo que se seguirá votando por listados y, aunque la Ley Electoral mantiene la prohibición del transfuguismo, esta restricción solo aplica en el Congreso, para cambiarse de bancada, no para postularse por un partido distinto al que representa.
“Para la ciudadanía es esencial que identifique hacia donde se han movido los candidatos, para tener claridad de a dónde dirigen su voto”, dice Pinto, que considera que es clave que la población, se informe para generar la mejor integración posible del nuevo Congreso.